Tras la verdad Juan josé ruíz deja el pri en ruinas: José calzada coadyuvó
Juan José Ruíz Rodríguez, ex dirigente estatal del PRI, terminó de cavar la tumba para los priistas queretanos
Martes 25 de noviembre de 2019
Juan José Ruíz Rodríguez, ex dirigente estatal del PRI, terminó de cavar la tumba para los priistas queretanos. Primero preparó el terreno José Calzada Rovirosa, quien estando al frente del gobierno del Estado, 6 años y más, se dedicó a debilitar al partido que lo llevó a la gubernatura, antes a la senaduría; imponiendo dirigentes que nada tenían que ver con actividades partidistas, incluso colocó a personas que no militaban en el PRI. Cuando, por medio de elección interna los priistas eligieron a su dirigencia, se pensaba que las cosas mejorarían con Alonso Landeros, entonces presidente; resultó que la autoridad judicial federal literalmente lo obligó a renunciar para defenderse, la justicia lo perseguía por incumplimiento de una ejecutoria de amparo en tiempos en los que ocupó la presidencia municipal de Pedro Escobedo. Estrepitosamente el PRI cayó en coma, con parsimonia algunos desleales fueron cavando la tumba, como Jorge López Portillo, ex secretario de gobierno, quien desde el influyente cargo comenzó a fustigar a todos aquellos que no se doblegaban, ello permitió ahondar más en las diferencias y ensanchar la tumba para enterrar al PRI queretano.
Así las cosas, llegó la hora de la fuga de oportunistas que, como las moscas, se le pegaron a José Calzada, muchos huyeron ante la estrepitosa derrota electoral del PRI, como de la mayoría de sus candidatos y, los más de 100 mil militantes que empadronaron, desaparecieron como por arte de magia; militantes ficticios que solo se sumaron en tanto consiguieron trabajo en gobierno; lo mismo sucedió con el mal gobierno municipal de Roberto Loyola, otro que no supo amalgamar a la militancia, despreció a muchos, otros tantos que seguramente votaron por el PAN, nuevo refugio de los tránsfugas, de los oportunistas. Los “priistas distinguidos” unieron fuerzas para derrotar al PRI, poniendo en práctica malas, pésimas políticas, todo por conformar “grupos de élite” que impidieron el ingreso de los más, privilegiando a los menos. Bajo este lamentable ambiente, José Calzada decide dejar en manos de uno de sus consentidos las dirigencia del PRI; exacto, dejó a Juan José Ruiz al frente para cuidar la repartición de candidaturas en las siguientes elecciones. No conformes con los destrozos que ocasionaron durante más de 6 años, en las elecciones de 2018 las cosas empeoraron, la mayoría de las candidaturas quedaron en manos del mismo grupo perdedor, vamos el propio JJ tuvo que conformarse con una regiduría por asignación proporcional ¡Vergüenza sin límites! Sí, el “dirigente” del PRI en el Estado, tuvo que conformarse con la regiduría plurinominal ¡Inconcebible! Literalmente el PRI de rodillas.
Juan José Ruíz, continuó con la labor de zapa en contra del PRI; se dedicó a correr a la militancia que durante años había trabajado en las actividades partidistas; hizo limpia en los consejos municipales para colocar a personas de su confianza, nombró a muchos que no eran militantes, los hizo priistas de un día para otro con el cargo de consejeros; por supuesto que realizó lo mismo en el consejo estatal, movió a todos la militancia que no era de sus afectos, que no se subordinaba a sus caprichos. Efectuó otra limpia de priistas hasta quedarse con unos cuantos, no le importó absolutamente nada, solo cuidó sus propios intereses. Incluso su “padrino” Pepe Calzada, terminó alejándose de JJ, dada la torpe y mala actitud del “ahijado político”.
Hubo muchas quejas de la militancia ante la dirigencia nacional, mas estos también estaban igual de divididos e hicieron caso omiso; la desbandada nacional también se produjo inexorablemente ante la pérdida (como nunca), de la mayoría de los candidatos en las elecciones del 2018; en toda la República millones de priistas huyeron, se escondieron. La debacle a gran escala, a grado tal que muchos auguran la probable desaparición del PRI, lo considero poco probable; sin embargo el debilitamiento de todas sus estructuras es grave, los pocos que lograron ganar espacios de elección popular se han vuelto sumisos ante el abusivo poder de López Obrador, seguramente algo deben y no quieren que les cobre el nuevo gobierno con investigaciones que los pueda llevar a la cárcel. Esos priistas no figuran políticamente, no combaten; a diferencia del PAN.
Los problemas no quedarían ahí para Juan José. Bajo su administración, el manejo de los recursos económicos, las cuentas no salen, ni siquiera rinde cuentas; de ahí que la dirigencia nacional tuvo que meter mano, generar auditorías. JJ impidió al máximo la realización de los trabajos, de tal suerte que tuvieron que dictaminar las trapacerías de JJ. Éste niega los hechos, amenazó con defenderse si lo destituían. El juego continuó y este día circuló el documento de destitución de Juan José Ruíz Rodríguez, como dirigente del PRI en el Estado. Designando en su lugar, transitoriamente, al delegado en tanto convoca a nuevas elecciones para que, la o el electo, termine de cubrir el periodo que le resta a JJ; el regidor ya no podrá imponer a voluntad candidatos para las elecciones del 2021, ilusión que se frustra ante su destitución ¿Cambiará de partido? La situación podría tornarse más grave para JJ (posiblemente), si demuestran que en el manejo de los recursos públicos de las prerrogativas hubo desvíos y no se aplicaron acorde a las reglas que establecen los institutos electorales, o sea el INE y el IEEQ.
Conclusión. La militancia priistas está feliz, comentan: por fin destituyeron a Juan José Ruiz. Muchos priistas que fueron proscritos, podrán regresar a su casa partidista: el PRI. Nuevos tiempos se avecinan. El priismo queretano está a tiempo de recomponerse y lograr mejores resultados que los obtenidos en las últimas elecciones; solo esperan que José Calzada y su nefasto grupo (Jorge López Portillo, entre otros) no vuelva a meter mano, de lo contrario las cosas continuarán igual. Salvo que el ex gobernador haya aprendido la lección y entienda que él no ganó la elección que lo hizo gobernador; debe asimilar que la elección la ganaron los priistas que él y su grupo corrieron, aquellos que lo llevaron al triunfo y no los atendió mientras fue gobernador. Lamentablemente así es la política. Muchos no la entienden, piensan que sin ellos su partido y la militancia no logran nada. La militancia es el sustento, la esencia, la base, la estructura humana que conforma a los partidos políticos, no lo son aquellos que ostentan el poder: ellos van de paso. Le llegó la hora a JJ. Es tiempo de recomponer al PRI, si quieren cambiar y ganar elecciones.
Héctor Parra Rodríguez