Querétaro en el “Día de la Constitución”

La cita es exacta, en fecha, en hora. Es el Poder Público – la República toda – la que asiste al confesionario nacional, el Teatro

Santiago de Querétaro Qro. 6 de febrero de 2020

Por: Andrés Gonzales

La cita es exacta, en fecha, en hora.

Es el Poder Público – la República toda – la que asiste al confesionario nacional, el Teatro de la República, para analizar cómo vamos como país, las intenciones que afloran, carencias y problemas que ahí se funden.

Es en Querétaro la conmemoración del CIII Aniversario de la Promulgación de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, la actual, la que nos rige, tan mutante como los problemas que en estos más de cien años, ha tenido el país.

Y solo en el último año – del nuevo gobierno federal – ha tenido 15 importantes modificaciones.

Pero el lenguaje y la estrategia cambian.

Si en la campaña presidencial el éxito de Andrés Manuel López Obrador se basó en decir lo que la gente necesitaba oír, ahora en el gobierno el presidente nos dice lo que a él les interesa que la gente oiga.

Y dos problemas siguen siendo en el país los de mayor reclamo y atención urgente requieren.

La galopante y diaria inseguridad y la atención inmediata a los graves problemas que afectan a la salud ciudadana, por el irregular reparto de medicina, por la ausencia casi total para atender a niños con cáncer. Y agregue la negativa que se diera a los gobernadores del PAN con lo del INSABI.

Y de esto – que todos esperábamos que se abordara – solo se dijo de los “derechos a la salud” pero no el remedio y el trapito que para esto se necesita. “Estas reformas serán el auténtico estado de bienestar”.

Y el presidente abordó, si, dos reformas de las quince que ya le cuajaron en el Congreso de la Unión. La de “desterrar y acabar por completo la corrupción política” – que también era urgente; la creación de la Guardia Nacional “que va a permitir mayor presencia y brindar protección a los ciudadanos”, pero también la Revocación de Mandato.

El segundo punto fue la receta que AMLO exhibe para terminar con la inseguridad, cuando caminamos ya en su segundo año de gobierno. Y él mismo – en una de sus mañaneras – ya se autoimpuso el plazo: Diciembre de este año.

Y aquí y sobre este tema de la inseguridad, no dijo más.

Defendió, eso sí, a la democracia, en la que “falló la Constitución del 17”. Expone que las consultas ciudadanas serán el camino para hacer efectiva la “democracia participativa”. Y también le puso fecha: 2022, cuando se aplique la “revocación de mandato”.

Fue duro con un vicio que no se logra erradicar, cuando la prueba mayor, la del 21, solo y hasta ahora, se avizora como un gobierno de buenas intenciones. El fraude electoral.

“Fue la reforma para considerar también delito grave el fraude electoral. Ese es un gran avance. Acabar ya y para siempre con las trampas electorales. Fracasó la vocación democrática de Madero. No se pudo lograr un verdadero sistema democrático, ni pudo la revolución con eso, a pesar de que fue profunda la revolución mexicana. Se hizo a un lado a don Porfirio, pero se quedó doña Porfiria. Y se simuló. México se distinguió por ser uno de los países más antidemocráticos del mundo. Y eso lo tenemos que corregir. Tiene que haber democracia. Nada de compra de votos. Nada de utilizar el presupuesto público…nada de fraude electoral…nada de nada. Tiene que haber democracia”.

Y en ese decir, fue cuando arrancó el primer aplauso de una dura concurrencia que solo aplaudía cuando un orador terminaba.

La pieza oratoria – improvisada – se dividió en dos partes. En la primera el presidente corroboró que es un regular relator de la historia y pésimo orador. Claro – dirán sus defensores – no leía. En la segunda parte de su intervención – de poco más de media hora – habló de lo logrado en las reformas constitucionales, las que permiten dar posibilidades prácticamente a una “nueva constitución”, basamento de la 4T.

Pero también nos descubrió, en la parte final de su mensaje…”que además de estos cambios, se logró que en el Tratado de Libre Comercio, el capítulo original que contemplaba comprometer nuestro petróleo y los recursos energéticos de México en especie, de un manejo de conjunto de los países de América del Norte, se eliminó el voluminoso capítulo y quedó en el Tratado de Libre Comercio, en dos o tres renglones, donde se reafirma la soberanía de nuestro país, el dominio de la nación sobre nuestros recursos naturales, particularmente el petróleo”.

Fueron tensiones – dijo – durante quince días y que se hayan roto las pláticas durante una semana…”y Donald Trump fue respetuoso, aunque parezca increíble, de nuestra soberanía”.

Y provocó un segundo aplauso.

La bienvenida a esta celebración – como ya es costumbre – la da el gobernador anfitrión.

Y fue el queretano Francisco Domínguez Servién quién hila una de las mejores intervenciones que se le hayan oído.

“La Constitución de 1917 es, al mismo tiempo, destino y mecanismo”.

Muchas de las frases parecían que llevaban dedicatoria, siendo a la vez, un cúmulo de deseos y aspiraciones nacionales.

Y en sus “reflexiones” dijo que “México es una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por estados libres y soberanos”.

Es la abierta defensa del federalismo, que en muchas y en todos los tonos, ha realizado el queretano.

“Ese es el corazón político de la Constitución”.

Y fue más allá, con estas palabras que corta aspiraciones, cuando recordó que “aquí, en esta tierra, a unos pasos de este recinto, el Imperio fue derrotado. No hay, desde entonces, espacios para el poder aristocrático, el de un grupo o el de un linaje. Los poderes públicos se integran por ciudadanos electos…nadie llega para quedarse”.

Entonces, al poder público – incluye la presidencia desde luego – “nadie llega para quedarse, nadie gobierna para siempre, que el poder es finito”.

Pancho también daba las gracias por el “privilegio de haber fungido como presidente de la CONAGO”.

“Agradezco al Lic. Andrés Manuel López Obrador, titular del Poder Ejecutivo Federal, por su apertura…ofreció a la CONAGO un importante espacio para expresarle, con respeto , pero con claridad, la postura de los gobernadores”.

Les digo. Afuera, toda la mañana la lluvia había bañado a la ciudad; volvía el color rosado a sus canteras y hacía lucir más hermosas las casonas del Centro Histórico.

En todo el primer cuadro se hizo el cierre de calles; la seguridad fue discreta y hasta las manifestaciones callejeras casi desaparecieron. Cero incidentes callejeros.

Querétaro cumplió.

Periódico Raíces