Elecciones Y Estrategias.
Finalmente, la balanza empezó a emparejarse, la ciudadanía cede y el gobierno a preocuparse de ello.
Finalmente, la balanza empezó a emparejarse, la ciudadanía cede y el gobierno a preocuparse de ello, las decisiones tomadas y las acciones emprendidas no alcanzan los objetivos planteados y se tiene que recurrir a nuevas estrategias que mantengan el voto duro, el voto corporativo de un sector de la sociedad que de garantía de seguir con un sistema de cambios que perpetúen en el poder a Morena.
Los llamados Siervos de la Nación han sido una estructura muy útil en
las zonas rurales del país, sin embargo, el número de votantes no es tan
importante como lo son las zonas urbanas donde la masificación de votantes
determinará el futuro de la nación, por ello el gobierno de la República está
pensando en otra iniciativa, ampliar su estructura operativa y así constituir
los Comités de Defensa de la 4T, con una infinidad de recursos con los que
puedan contener el avance de la oposición.
Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) no es una idea original de AMLO, estos se fundaron en 1960 en Cuba para desempeñar tareas de vigilancia colectiva frente a la injerencia externa y los actos de desestabilización del sistema político cubano. Es la más poderosa de las organizaciones cubanas gubernamentales que tiene a su cargo la movilización de los partidarios de la Revolución. |
¿Que no hay miedo? No, lo que hay es terror, y para eso fueron las giras del Presidente, para palpar el terreno y determinar la estrategia que empleará; lo que vio no le gustó y de ahí que recrudece sus ataques, polariza y divide más a la sociedad, consiente de que el reloj electoral se puso en marcha enfila sus baterías rumbo a el, se atrinchera y defiende a los suyos, aunque estén impregnados de la más nefasta corrupción cuya característica es normal del poder en turno.
Por ello salta con una declaración provocadora, un grito de guerra, dice convertirse en guardián de la elección del 2021, y la idea la expone claramente, meterse de lleno al proceso electoral y tratar de descalificar tanto al INE como al Tribunal Electoral, para así garantizar la mayoría en el Congreso Federal que abra camino a las reformas constitucionales que le den solidez a su gobierno.
El camino está definido, si López Obrador pierde las elecciones va a acusar fraude como es su estilo, y para ello se adelanta al hecho impregnando un ambiente cuestionable al árbitro electoral, sabe muy bien que su popularidad está a la baja, hoy en un 46%, y los hechos de corrupción le merman electores día a día. En vez de ser guardián debería someterse como cualquier ciudadano al arbitraje del INE, y como autoridad, no solo ser respetuoso de un órgano autónomo sino tener cuidado de no entrometerse violando la constitución y las leyes electorales para su beneficio, no vaya a ser que otra vez lo desaforen por no acatar la ley.