El fin político del “Panchismo”. O en stand by
Por Andrés González Arias Como uno de los efectos colaterales del proceso electoral del pasado domingo -en el que el Partido Acción Nacional solo ganó […]
Francisco Domínguez Servién, ex gobernador de Querétaro.
Como uno de los efectos colaterales del proceso electoral del pasado domingo -en el que el Partido Acción Nacional solo ganó uno de seis estados, Aguascalientes, donde conservó la gubernatura y eso con vejigas– es que el ex gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez Servién declinó buscar la dirigencia nacional de este partido y si apoyaría a perfiles como Martín Orozco Sandoval, gobernador saliente hidrocálido o a Damián Zepeda Vidales, senador panista en funciones.
Por los resultados –ya lo había anticipado FDS– se esperaba alguna definición del queretano.
Y estos no fueron nada alentadores. “Fue una estrategia perdedora por todos lados” dijo Pancho.
Y sí distinguió el triunfo de Aguascalientes, que estaba muy cantado. De Durango, no se lo abona a Marko Cortés, sino al esfuerzo del gobernador, José Rosas Aispuro panista y cuya propuesta fue en favor del priista, Esteban Villegas el candidato ganador. A la alianza, “Va por Durango”.
De oxígeno puro para la vida del PRI.
La declinación por la presidencia nacional del PAN fue por razones políticas, desde luego. “Las riendas actuales de Acción Nacional están en manos de lo que llamo un grupo de escogidos”. Y Pancho no está en ese grupo.
Además, si la decisión se fuera por la vía del Consejo Político Nacional, este está formado en su mayoría por ese “grupo de escogidos”, cautivos políticos de Marko.
Con esto, recomienda Pancho, “esa decisión debería de ser consultada a la totalidad de la militancia del partido”.
“Existen expresiones de militantes a lo largo y a lo ancho del país, que consideran necesario un cambio de timón, que tenga efectos competitivos en las próximas elecciones”.
Por ahora, los resultados dicen también las razones de Pancho, “porque mientras los votos del PAN no llegamos ni a un millón de votos –en total– Morena sacó dos millones 300 mil votos. Así de fácil”.
Esto –así parece– FDS pone un alto a su carrera política y que, como panista, en Querétaro lo fue casi todo. Combativo diputado federal; presidente municipal con gobernador priista y gobernador panista, llevando además las propuestas finales para los cargos mayores de elección popular tanto federales, como locales. Ni que.
Kuri con el anterior gobernador, que lo apoyó totalmente en serlo, desahogó el compromiso político cuando a gran parte del gabinete de gobierno anterior, le diera continuidad.
Entonces, ni mal amigo, ni ingrato, ni mucho menos desagradecido. MKG cumplió con ribetes, en su amistad personal, en lo institucional como panista sin serlo, pero también como político bien nacido.
Lo demás y después de este domingo 5 de junio, lo que se decida en el gabinete, será responsabilidad estricta y personal de MKG.
Decía Nietzche: “El hombre nunca perdona el mal uso de su auténtico egoísmo”. En Querétaro no fue así.
Entonces, las decisiones políticas que vienen –las posibles en el ajuste de su gabinete, “nadie tiene endosado el cargo”- las que vengan para el proceso electoral del 2024, serán más de Mauricio Kuri, que del gobernador anterior.
Los que se decían “panchistas” puede que se estén equivocando. MKG podría pedir consejo, pero el palomazo final será responsabilidad estricta de él. Y vienen muchas, como la recomposición de la legislatura que viene, la LXI, que es la de su cierre de gobierno. Ya ve usted cómo anda de errática la que corre.
El reparto político de lo que venga, será pues de MKG y –tal vez, solo tal vez– con alguna recomendación para los “ricardistas”, sin saber cómo termina todavía el enfrentamiento que se traen RAC con AMLO.
El fin político del “panchismo” con esta su decisión personal, es evidente. O bien podría entrar en una in pace, porque FDS tiene 56 años, edad que para la política se considera muy joven.
No sabemos cómo vengan los tiempos.
Y en política, a nadie se le debe dar por muerto.