Tras la verdad: AMLO odia a los Mexicanos emprendedores y capases.
La defensa jurídica le molesta al presidente, no le agrada que contravengan su perniciosa voluntad que raya en la ilegalidad.
Queretaro Qro. 23 de febrero de 2021
Sin un dejo de vergüenza, la que parece no conocer, esta vez el presidente de la República, calificó de “traidores a la patria” a todos los abogados que defienden a los empresarios de la industria eléctrica renovable. No logra entender antes que su caprichosa y truculenta voluntad, está la vigencia del Estado de Derecho. Para defender los derechos de aquellos que consideran fueron violados por las autoridades o por otros particulares, se prepara a los abogados; las universidades preparan a los defensores de la justicia (con sus excepciones). Ya antes había arremetido en contra de los médicos, a quienes acusó de lucrar con la salud. La queja y la ofensa son instrumentos de combate y consolación de López Obrador.
Adelanta la “lluvia” de amparos que promoverán empresarios que se verán afectados con las reformas en materia eléctrica. Una vez más, cual réplica del aeropuerto de Texcoco que mandó destruir el gobierno de López, por el que tuvo que pagar miles de millones de pesos (el gobierno), al rescindir contratos anticipadamente, sin justificación legal alguna. Lo mismo sucederá con los empresarios, locales y extranjeros, una vez que el gobierno, bajo nuevas reglas de un juego inconstitucional, se verán afectadas por la rescisión unilateral de contratos millonarios. Todo por darle preferencia a la CFE, sobre los particulares, regresando a los monopolios del Estado. La defensa jurídica le molesta al presidente, no le agrada que contravengan su perniciosa voluntad que raya en la ilegalidad. Por esa razón llamó a los abogados “traidores a la patria”.
Bajo esa miope visión, el titular del Ejecutivo tendrá que calificar de la misma manera a los contadores públicos de esas mismas empresas, a los médicos que atienden la salud de los dueños de las empresas, a todos aquellos que les venden insumos para que las inversiones se vuelvan productivas y generen empleos. Todos “serían traidores a la patria”. No cabe duda, la enfermedad mental de Andrés López, se agudiza. Nada le acomoda, de todo se queja, todo le sale mal, no respeta el Estado de Derecho. Solo gusta de la fácil lisonja.
Bueno, hasta su campaña de vacunación está siendo un total fracaso, no llegan las vacunas en cantidades suficientes, las distribuye discrecionalmente, ocasiona tumultos, tardan horas con el peligro de incrementar los contagios en los de la tercera edad. En el Estado de México, tuvieron que interrumpir la aplicación de las vacunas debido a la pésima organización, mientras cientos de ancianos esperaban ser inoculados. Todo lo que hace López Obrador, lo realiza mal y de malas, con la mentira por delante.
Millones de abogados se inconformaron en contra de la soez descalificación del primer mandatario, quienes por ejercer la profesión universitaria los calumnió de “traidores a la patria”. Sabe que le lloverán juicios de amparo, controversias constitucionales y más; las indemnizaciones serán multimillonarias. Se lo anticipaba Ildefonso Guajardo, ex secretario de Economía, en el sexenio pasado, la reforma causará enormes problemas económicos a México. Y López Obrador, acostumbrado al caso omiso, envió su “reforma preferente”, sin modificar la Constitución Federal, para cambiar las reglas del juego, ordenando a los legisladores no le cambien ni una “coma”. Hoy será aprobada. Por si fuese poco, será violatoria al T-MEC, que de suyo podría arrastrar problemas con los gobiernos de EUA y Canadá. La ignorancia y el odio de López Obrador son enormes.
No deben extrañarnos los traumas que arrastra desde estudiante el hoy presidente de la República, quien además de realizar una carrera a nivel licenciatura en más de 10 años, nunca ha trabajado en su ramo, mucho menos legal y legítimamente ha generado empleos y riqueza. Nada, siempre parásito, por eso su extremo odio al capitalismo, envidia a quienes tienen lo que él no ha conseguido en sus casi 70 años de vida. Cual sanguijuela ha vivido a expensar de terceros. Por eso la molestia en contra de quienes legal y legítimamente ejercen su profesión de Licenciados en Derecho. Sabe que no podrá ganar los juicios que se le avecinan, pero el empecinamiento y la ignorancia, junto a sus traumas, son más grandes y poco le importa seguir destruyendo la economía de México.
Jamás tanta ignorancia y maldad reunida en la persona de un presidente. López Obrador, llegó a destiempo, debió gobernar en época de Luis Echeverría Álvarez, cuando el gobierno era dueño de compañías refresqueras, de fábricas de bicicletas; un gobierno obeso, ese es el fin de Andrés Manuel López, incorporar en nómina a todos los que se pueda. Al menos en aquel entonces trabajaban; ahora solo obsequia miles de millones de pesos sin producir nada a cambia.
Para colmo, pide al campesino regresar a la hoz y al martillo, sugiere que en el campo se trabaje con pico y pala ¿entenderá lo que dice y a la vez propone? Lo dudo mucho. Hace poco intentó plantar un pequeño árbol él y su esposa y no sabían ni cómo tomar la pala. A los campesinos, sin embargo, les pide regresen al pico y la pala para trabajar sus tierras. Atrás la modernidad de la “guerra industrial” y sus beneficios. Ni sus aliados chinos ni rusos, de corte socialista, utilizan esos viejos y caducos instrumentos de la edad media. Así de rustico y mediocre es el presidente de los mexicanos. “Con este buey nos tocó arar”, dirían los campesinos.
Héctor Parra Rodríguez