SE LES AGOTA EL TIEMPO A LOS DIPUTADDOS FEDERALES

López Obrador y la dirigencia de su partido

TRAS LA VERDAD 

1 de febrero de 2021 

Hoy inició el último (de seis) periodo ordinario de sesiones de la LXIV Legislatura Federal, que terminará el 30 de abril, aunque el periodo constitucional culmina en septiembre. Morena hará hasta lo imposible por reformar y torcer el mayor número de normas para afianzar su discurso privatizador, acorde con su política de izquierda, al igual que con la censura a la libertad de expresión. Van por normas secundarias, en las constitucionales carecen de la mayoría calificada en el Senado de la República. 

López Obrador y la dirigencia de su partido, saben bien que perderán la abusiva mayoría en la próxima LXV Legislatura federal, en las elecciones de junio próximo. Por esa razón apresuran la marcha, quieren lograr más reformas a leyes secundarias que consoliden el régimen de abusos y desorden que hasta hoy los ha caracterizado. 

Este día Andrés Manuel, presentó su iniciativa preferente en la Cámara de Diputados; iniciativas que no se discuten, se impone la enorme “mayoría ficticia” y se aprueba sin mayor razonamiento. López ejerce la facultad constitucional para darle celeridad a su iniciativa, la que, por ser preferente, no corre los mismos trámites que las ordinarias. En “fast track” se aprueba, sin pasar a comisiones, mucho menos la emisión del dictamen correspondiente. De inmediato se turna al a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados o del Senado. Solo requieren la mayoría simple y la iniciativa es aprobada. 

El Presidente va por el control absoluto del Estado sobre la producción y venta de la energía eléctrica, dejando atrás a los inversionistas nacionales o extranjeros, violentando derechos adquiridos de aquellos que han contratado con el gobierno la producción y consumo de energías alternas, por parte del gobierno federal. Seguramente en detrimento del T-MEC, lo que podrá motivar una lluvia de amparos y la consecuente molestia del gobierno de Joe Biden. 

López intenta explicar en su iniciativa la “nueva política” energética, que requiere ajustes, por lo tanto, la Ley de la Industria Eléctrica debe ser reformada; no le alcanza para la reforma constitucional. Propone modificar el mecanismo de despacho de las centrales eléctricas para cambiar las prioridades del gobierno. Primera acción, AMLO quiere que la energía producida por hidroeléctricas del gobierno federal despache en primer lugar, de acuerdo con los volúmenes de agua definidos por el “Comité Técnico de Operaciones Hidráulicas”. La decisión solo dependerá de ellos. 

Un segundo soporte para la ineficiente CFE. López pretende que la energía generada en otras plantas de la Comisión Federal de Electricidad, despachen las centrales eléctricas de la Comisión, como la nuclear, las geotérmicas, los ciclos combinados y las termoeléctricas. 

Como el “patito feo”. En tercer lugar, vienen las energías producidas por particulares; sí, la eólica o solar que generen los particulares. Sencillo, les toca turno después de la CFE. Son discriminadas por el Estado. Hasta entonces podrán despachar las centrales eléctricas eólicas y solares de particulares. Por último, de acuerdo con la iniciativa del Ejecutivo federal, vienen los llamados ciclos combinados de empresas privadas. Les corresponde el lugar cuarto lugar, hasta entonces podrán despachar las centrales eléctricas de ciclos combinados propiedad de particulares y el resto de los generadores de otras tecnologías. Pero Andrés López insiste en el “piso parejo”, que no habrá monopolio. Otra más de sus mentiras. 

Segú los Considerandos de la iniciativa preferente de López (Rocío Nahle), con la reforma “lograrán terminar con la simulación de precios en un mercado que favorece la especulación, el dumping y los subsidios otorgados a participantes privados por la Comisión Federal de Electricidad, así como con años de saqueo y con el reconocimiento de los costos totales de generación, lo que permitirá una competencia de condiciones de equidad entre los participantes del marcado”. Otro engaño para pretender sustentar la incapacidad mostrada por la CFE. 

Vale recordar el tibio reclamo del amigo de López quien dejó la Presidencia de los Estados Unidos. Aquel estimó que se aperturaba un nuevo frente de conflicto entre ambos gobiernos. Donald Trump envió un documento a los Secretarios Marcelo Ebrard, Rocío Nahle y Tatiana Clouthier, en el que manifestó la preocupación por las posturas de la administración del gobierno federal en el sector energético, así como por las acciones en materia de regulación. 

Ya sin Trump en la presidencia de los EUA, López Obrador lanza la embestida al gobierno de Biden, en lo que entonces parecían ejercicios de acciones encaminadas al fortalecimiento de las empresas estatales de energía. Hoy es una realidad ¿Se quedará cruzado de brazos el gobierno estadounidense de Biden? Seguramente habrá consecuencias legales, dada la violación a derechos adquiridos por todas las empresas que tienen firmados contratos con el gobierno mexicano. Y, seguramente por violaciones al T-MEC, en el rubro correspondiente, al cambiar las reglas del juego. 

En la siguiente Columna, trataremos lo relativo a la censura a la libertad en las “benditas redes sociales” que pretende el régimen de López Obrador, intentando vulnerar la Constitución, bajo el pretexto de proteger la “libertad de expresión” ¿Después seguirán los medios tradicionales de comunicación? No cabe duda que les urge modificar leyes antes de que pierdan la mayoría simple y calificada en la Cámara de Diputados. 

Héctor Parra Rodríguez 

Periódico Raíces