Querétaro, reflejo del país, adentro y afuera del nuevo hospital.

Desde temprano – tal vez antes de las ocho – algunos pequeños grupos van llegando a la puerta principal del nuevo Hospital de Querétaro. Pronto…

Por Andrés González en Queretaro Qro. 27 de febrero de 2021

Desde temprano – tal vez antes de las ocho – algunos pequeños grupos van llegando a la puerta principal del nuevo Hospital de Querétaro.

Pronto y antes de la llegada de Andrés Manuel López Obrador y del gobernador queretano Francisco Domínguez Servién, el lugar se convierte en fiel reflejo del país.

“Este día es histórico” apuntaría el queretano.

El camino al nuevo nosocomio y en ese día, parecía exhibir las complicadas aventuras – o desventuras – que vive México. Y en unos cuantos metros cuadrados se resume, por los grupos tan disimiles, lo que pasa en la nación entera.

Grupos anti AMLO – son los disidentes de FRENAA, dicen algunos – o de lo que de ellos queda; ahí también los “amlovers”, que se rozan con los otros, se gritan entre sí; también hay pequeños grupos antifeministas. Arden las fogatas muy cerca del “pacto” que por Félix Salgado Macedonio no se rompe.

Y el ofensivo “ya chole” vive, por lo menos, de aquí y hasta el día de las elecciones.

Difícilmente podríamos recorrer ese pequeño trayecto sin avistar marismos o atorarse en sitios acuosos que abundan a lo ancho y largo del país. Fechas y lugares que se mezclan; los cercanos, tan frescos y resbaladizos; los lejanos, tan decisivos de un gobierno que no termina por aprender.

Y frente al nuevo Hospital, angustias y esperanzas se amalgaman. Anhelos de vida… dolores de muerte…cuidados y espanto de contagios.

El discurso del gobernador queretano no tuvo desperdicio.

Y también – adentro del nuevo hospital – se cumplen los estilos, hasta por los cubrebocas diferenciados de ambos mandatarios.

“Enviemos un mensaje de unidad, de fortaleza y esperanza a todo el país” clamaba FDS.

AMLO, sin cubrebocas y en un hospital, ya lo estaba enviando. Así fuera nuevo.

Los caminos por el que transitan los gobernadores de los estados – y por este limitado federalismo – suelen ser angostos.

Arde cerca la fogata, que ojalá sea irrepetible, de Tamaulipas. Y que sea el que las leyes decidan, no las que se sugieran desde el poder. Fogatas que periódicamente se avivan, que amenazan con crecer; rescoldos que siguen quemando. Y faltan tres años.

“Juntos – propuso Pancho – enviamos un mensaje de optimismo a la sociedad; que los poderes públicos se coordinan, cooperan, se unen en torno a lo que es importante para la vida de la gente”.

Y es que la pandemia “no cayó como anillo al dedo”, precisamente.

Estilo y modos políticos que se diferencian.

Los tiempos que vive el país, no son precisamente fáciles. Es más, nunca lo han sido. Pero ahora y encima, como si poco nos faltara, la pandemia, la que hace subir muertes, contagios. Y bajar el crecimiento, las inversiones.

Desde ese lugar, histórico para Querétaro, también envió el queretano un profundo agradecimiento a todo el personal de salud del país.

“Gracias por enseñarnos ante la adversidad, por recordarnos cuanto necesitamos unos de otros y por mostrarnos el camino hacia un México más humano y mejor”.

Y este es el momento de las obras y las acciones necesarias para apoyarlos. Es más urgente y de mayor necesidad, cualquier centro de salud que se levante, cualquier hospital que se inaugure, antes que carreteras, trenes o aeropuertos.

“Por esta obra queda demostrado que la pandemia nunca podrá arrebatarnos la esperanza” dijo Pancho.

Tampoco la otra; la de un México mejor.  O al menos… distinto.

Periódico Raíces