¿POR QUÉ AMLO NO ENTIENDE LA PROHIBICIÓN ELECTORAL?
La desinformación es una de las virtudes de Andrés Manuel López.
TRAS LA VERDAD
Jueves 18 de febrero de 2021
Por detalles de imprecisión semántica y por ampliar los alcances del acuerdo emitido por el INE, en cuanto a la prohibición que tiene López Obrador, en su calidad de presidente de la República y demás autoridades, en época de campañas electorales, el TRPJF, revocó el acuerdo que advertía al titular del Poder Ejecutivo, de no intervenir en materia electoral, derivado de la impugnación promovida por el PRD.
De inmediato le alegró la sentencia de la Sala Superior del TEPJF, aprovechando el evento de sus conferencias que desorientan, en la que se burló del acuerdo del INE, no sin antes descalificarlo. Cambió totalmente el sentido de ambas resoluciones, la del Consejo General y la del Tribunal, dándole su propia y tendenciosa interpretación en materia electoral. Los consejeros siempre refirieron al artículo 134 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, acompasada con la misma prohibición enmarcada en el artículo 41 de la misma norma. Andrés López evita mencionar la clara prohibición establecida en ambos textos de la Constitución, él realiza su propia interpretación, la tergiversa y la mediatiza, todo para desorientar a la población, su consuetudinaria “virtud” de mentir.
Los consejeros del INE simplemente extendieron (eso fue lo que atajaran los magistrados) la prohibición a todas las autoridades, tal cual lo establece la Constitución, es prohibición de todas: las municipales, estatales y federales, inmiscuirse en las campañas en todos los sentidos. Para los magistrados fue un exceso la llamada de atención solo debió ser para el presidente de la República, dado que en contra de él fue la queja; se les pasó la mano a los consejeros, eso no les agradó a los magistrados. Sin embargo, la Constitución considera a todas las autoridades, sin distinción; de tal suerte que, para los magistrados, en materia jurídica no debieron de aludir a otras autoridades, solo al presidente. En el caso, en aquello que abundaron los consejeros, no violenta la Constitución, pero no era tema del acuerdo a la impugnación del PRD. Tema sin fondo.
El fondo del asunto sigue igual. La prohibición ahí está, no deberán intervenir (tiempo fututo) en tiempos de campaña, las autoridades, ni siquiera el presidente de la República; la prohibición empieza al momento de dar comienzo las campañas político-electorales, y estas aun no inician. Por lo tanto, López Obrador, podrá continuar opinando, despotricando de temas electorales. Siempre y cuando no apoye descaradamente a su partido ni descalifique a otro instituto político. Seguramente no lo hará, no cumplirá. Éticamente esa debe ser su conducta (Andrés Manuel López carece de ética y principios). Literalmente la Constitución es clara, no admite duda. Vamos, ni la Corte ha restringido ni ampliado esa prohibición, la prohibición establecida en los artículos 41 y 134 constitucionales.
Pero, el presidente de la República y un sinnúmero de medios de comunicación tuercen la interpretación a la letra de la sentencia de la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral; sean por ignorancia (la mayoría) o por mala fe. Piensan que en lo sucesivo y en tiempos del proceso de campañas, López Obrador, podrá seguir metido en temas electorales; esa es la interpretación que muchos dieron a la resolución, lo cual es falso. De la ignorancia de la Constitución se aprovecha Andrés Manuel, le da una interpretación diferente, tergiversa el sentido y manipula la semántica de las palabras, para difundir que no podrá ser “censurado” como lo había acordado el INE ¡Esa interpretación es falaz! López sí puede seguir hablando de temas electorales, esa no fue la censura del acuerdo de los consejeros, pero López así lo da a conocer en su conferencia mañanera. Desinforma y manipula la verdad.
Sabe Andrés Manuel que tiene el apoyo de la mayoría de los magistrados de la Sala Superior y presume no conocerlos, pero, dijo, me gustaría conocer a los magistrados. La hipocresía en su máxima expresión. Baste recordar el irrestricto apoyo que brindó a los tres nuevos partidos políticos para su registro, sus nuevos satélites; en sentido opuesto expresó públicamente su manifiesta denostación en contra de la asociación política que había logrado su registro, considerada como su enemiga; entonces López criticó a los consejeros del INE por el registro otorgado; luego vendría su beneplácito por la negativa del registro por parte de los magistrados de la Sala Superior, negativa que aplaudió. Eso se conoce como cinismo y falta de ética. Inequívocamente el control del TEPJF está bajo la tutela del presidente de la República, aunque niegue conocer a los magistrados electorales.
Recordemos. Seguramente olvidó que, de manos de los magistrados, a los que dijo no conocer, precisamente de ellos recibió su constancia de mayoría. López Obrador acudió a la sede de la Sala Superior del Tribunal a recoger su documento. Las impresiones fotográficas lo desmienten. Así como los videos. Una vez más, al descubierto las mentiras del presidente de la República. Tal vez la senilidad le esté ganando y olvide fácilmente las cosas o, tal vez solo aparenta. Lo cierto que sí conoce a los magistrados de la Sala Superior del TEPJF.
A nadie debe alegrar ni molestar la resolución de los magistrados de la Sala Superior del TEPJF, estos simplemente corrigieron el acuerdo del INE; esos mismos magistrados no podrán estar sobre la Constitución cuando lleguen las campañas electorales, ellos mismos deberán ser armónicos y congruentes con la prohibición de los artículos 41 y 134 constitucionales. No tienen facultades metaconstitucionales, carecen de ese poder. López Obrador, no debe cantar victoria, haciendo creer a sus seguidores y a los legos en derechos electoral, que sí podrá entrometerse en tiempos de campaña en asuntos electorales, lo que él interpreta como “censura” a su libertad de expresión. Eso nunca fua acordado por el INE, es otro invento del mitómano del titular del Poder Ejecutivo. Su objetivo es desinformar con desapego a la Constitución. Va en desacato a la Constitución.
Héctor Parra Rodríguez