«Pensamientos para el éxito», por la Dra. Sandra Luz Hidalgo.
Recuerda que tanto el Amor, los bienes, los recursos se multiplican solo en la medida que se comparten…
Querétaro Qro., 1 de Noviembre de 2022.
Quiero comenzar esta colaboración agradeciéndote por permitirme llegar hasta ti y que dediques un tiempo para esta reflexión.
El motivo de la colaboración del día de hoy es precisamente escribir un poco sobre el “Agradecimiento” pero ¿porque hacerlo? ¿Hacia quién dirigirlo? ¿Para que agradecemos?
Agradece si es que te encuentras del lado de los que pueden y quieren dar; es importante descubrirte bendecido porque no sólo tienes para satisfacer tus necesidades principales sino, porque puedes y quieres compartir con los otros, con aquellos que llegan a ti para pedirlo o mejor aún por los que sin pedirlo estas dispuesto a otorgarlo.
Llámese tiempo, recursos, dinero, algún servicio, un momento de escucha o algún alimento. Se requiere de un acto de generosidad poder compartir no de lo que te sobra; sino, lo que es parte de tu propia existencia. Agradece también que estás en un lugar privilegiado porque se te ha permitido darte a otros como muestra de humanidad. Recuerda que tanto el Amor, los bienes, los recursos se multiplican solo en la medida que se comparten.
Si te encuentras del lado de los que reciben la perspectiva cambia, te invito a que desarrolles el acto de agradecer y más aún de bendecir a los que te otorgan. Agradece lo bueno que te proporcionan y que sin duda contribuye a tu propio crecimiento. El poder recibir te ubica en tu contexto y espacio, te ayuda a descubrir tus potencialidades y a tomar decisiones para tu vida para administrar lo que ahora tienes en tus manos.
Recibir te hace verdadero ser Humano, todos recibimos a cada momento algo que necesitamos: la vida, el alimento, un trabajo, los propios talentos, los recursos para seguir viviendo. Con mucha frecuencia olvidamos agradecer, pero siempre hay oportunidad de comenzar de nuevo, cada mañana al comenzar nuestra jornada y ¿Por qué no?, al terminar nuestro día y disponernos a dormir con la esperanza de que despertaremos al día siguiente. Date unos minutos para repasar lo que ha llegado a ti incluso sin pedirlo.
Finalmente cierra tus ojos y agradece a la Vida, al Creador, a la Naturaleza (como quiera que se llame tu interlocutor): por tu respiración, por cada una de tus extremidades, como quiera que ahora se encuentren, por los dedos de tus manos, por tus órganos internos, porque tienes la oportunidad de estar consiente y darte cuenta de estos momentos de tu existencia, agradece por tu familia y amigos, por los que ahora están cerca y por los que se encuentran lejos, por lo que conociste en esta vida y pudieron enseñarte a amar tu propia vida, por tu trabajo, por tus bienes, por esos pequeños contratiempos que te hacen sentir vulnerable y te mueven a pedir incluso ayuda, por tus éxitos y fracasos; todo ello finalmente te hace reconocer que eres Ser Humano.
“Debemos aprender, que no es cuánto damos sino cuanto Amor ponemos al DAR” (Teresa de Calcuta)