“No hay ningún pacto político con nadie… mi único pacto es con el pueblo”: Celia Maya.

Queretaro Qro. 11 de febrero de 2021; por Andrés Gonzalez

En Querétaro capital ya es febrero, mes de calores, presagio de primavera.

Corre –y a punto de terminar– el tiempo de las precampañas electorales. Que también se calientan.

Sueños y presiones por la gubernatura se funden, proyectos que se acarician, defensa de cotos de poder.

Es la visión –en esta entrevista– de la izquierda; de la nueva 4T queretana, queretana. “La espera ha terminado y, en mi caso, que inició desde el 2003 caminando con los grupos sociales de izquierda… los mismos que tres días antes del registro, me animaron a registrarme”.

Y estos grupos estaban en el mismo lugar donde fue la entrevista. Es la parte trasera de su casa de Jardines de la Hacienda.

Ese miércoles –el registro fue el sábado- estarían ahí tres o cuatro personas cercanas a la licenciada. Uno de ellos, el más insistente, es Arnulfo Moya.

“Licenciada, anímese, anímese”, le insistía. “Este es el momento, no va a venir  otro”.

Y salen rumbo a la capital del país.

“En Morena, no se le tiene miedo a la discusión. Tanto, que en ocasiones pensamos que hay un desorden. Así es la democracia, así es Morena pero no hay que olvidar que tenemos un objetivo: Vamos a acabar con la corrupción en Querétaro. Y necesitamos ir en unidad”.

El espacio donde platicamos es amplio y muy ventilado. Es como un largo tejaban por donde circula a placer el aire. Ahí, la tarde apenas comienza a medio refrescar.

“Vamos a implementar en Querétaro la verdadera Cuarta Transformación. Vamos a tener en este estado un gobierno con una visión social”.

Es el segundo día de la semana, a solo seis de que se cierre la precampaña.  Las visiones en contra la exhiben.

  • “¿Se siente usted perseguida por el Poder local?”
  • “En este momento no puedo decir eso… pero por lo visto en estos días –en las redes sociales que la muestran bailando “El sinaloense” con banda– se quiere distraer de lo que es realmente importante;  el  que se investigue la corrupción y que se aclaren esos hechos que se están imputando  los de la revista Proceso de este mismo fin de semana– y esto sí, es lo que Querétaro necesita saber”.

Apenas ayer en un comunicado, el partido Morena saca la denuncia de que “atacan a precandidata de Morena –a Celia pues– y acallan vínculo del PAN y empresario de cuello blanco-huichicol (…) y que la cobertura hacia la precandidata de Morena,  se limita a ataques, por no usar cubrebocas durante una comida”. Y señala a diversos medios de comunicación –no dijo cuales– que citaron ese hecho de la comida, donde se le ve bailando y la no utilización del cubrebocas.

“Todo esto –dice el comunicado– es una cortina de humo para no hablar de los temas de corrupción en el gobierno del estado y que incluyen a un candidato”.

En la entrevista, pide una disculpa a la militancia por estar sin cubrebocas,  “ahí está la foto y ni modo de negarlo, pero les aseguro que no volverá a pasar”.

A esas alturas de la entrevista, la candidata ya había echado para atrás la maquinita de los recuerdos,  como cuando se iniciaba en la política de izquierda, allá por el 2003. O más antes, cuando daba clases en el PRI –el de Mariano Palacios– de Problemas Políticos y Sociales de México, “sin ser priista, porque nunca me afilié a ese partido…solo daba clases”.

Preguntas y respuestas se dan. Nada se esquiva.

“La 4T es el proyecto de visión social que se presenta… esta es una visión social de atender primero a los que menos tienen, que no haya corrupción…”.

Es, en Celia, es tercer intento por alcanzar la gubernatura. Y su quinta campaña. Ahí le soltamos:

  • “¿Va usted a pactar, a negociar la gubernatura con alguna otra fuerza política?

La pregunta le causó, a la par, extrañeza, pero también incomodidad,  tanta que en su sillón, Celia se echa hacia atrás.

  • “¿Pactarla? Ay, cómo se le ocurre. Entonces, ¿para qué me registré?… No, por supuesto que no. Esto se me hace como algo inaceptable… ¿Entonces para que tanto rollo sobre la Cuarta Transformación? Claro que no”.

Parece tomar aire, respira profundo. Dice:

“Mi compromiso, honestamente,  es con el pueblo; con los que no han tenido oportunidades para resolver sus problemas. Entonces, le doy gracias a la vida por ponerme en este camino y eso sí, que quede muy claro, es lo único que trato de hacer.

“Además, don Andrés, soy una mujer de 71 años, dejaré mi pensión por un lado y dejaré solo lo del cargo público. Entonces, no voy a juntar sueldos. Yo vengo por un claro compromiso social”.

Antes de cerrar la entrevista, le inquiero:

  • ¿Intervino el presidente Andrés Manuel en esto de ser candidata?
  • “No, no, de ninguna manera; si bien es cierto que antes me ofreció ir a la Sala Anticorrupción… pero él propuso y el Senado decidió que no. Mi registro para gobernadora fue decisión de una encuesta… la segunda por cierto;  la primera fue un empate técnico con Gilberto. Y en la segunda salí beneficiada, por decisión de la gente de aquí”.

La tarde parece desaparecer…nos colocamos ambos el cubrebocas y convenimos seguir en contacto.

La lucha de la izquierda por el poder, “por los más pobres”, está en pie.

Periódico Raíces