¿MORENA, NARCOPARTIDO POLÍTICO?
El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, ha denunciado a los morenistas ser parte de la mafia de la “narcodelincuencia”, calificando a Morena como “narcopartido”. Seguramente sabe lo que dice y por qué lo dice.
TRAS LA VERDAD
Sábado 26 de junio de 2021
Cierto que en el Estado de Michoacán sí trabajó la delincuencia organizada en pro de los candidatos de Morena. Varios michoacanos me lo confirmaron desde el mismo día de la elección. Recordemos un poco. El exgobernador de Michoacán, Jesús Reyna García, fue acusado y preso por el delito de delincuencia organizada; quien, curiosamente, después de poco más de cuatro años de estar preso, la PGR de López Obrador, en diciembre de 2018, retiró los cargos y Reyna obtuvo su libertad. No fue condenado ni absuelto del delito, la Procuraduría se desistió de la acción penal y asunto resuelto, procedió la libertad. Los argumentos de López, que se trataba de un perseguido político. Así dejó en libertad a otros tantos. Luego vendría la iniciativa amloista de “amnistía” para liberar a varios miles de delincuentes ¿Contubernio? Michoacán: dominado por los delincuentes.
En entrevista el gobernador de Michoacán afirmó que: “Hay más de 90 pruebas que se han presentado ante las instancias correspondientes que demuestran cómo el crimen organizado obligó a marcar las boletas a favor de Morena en determinados distritos electorales y, además, está la denuncia pública que hice” ¿Y la Fiscalía de Alejandro Gertz Manero? ¡Como momia!
Sin lugar a dudas que existen pruebas suficientes para demostrar los fraudes y demás delitos electorales e identificar a los delincuentes. Lo que no existe es voluntad política de las autoridades federales para actuar en contra de los “narcopolíticos”. Por demás obvio, la ciudadanía teme presentar denuncias, su vida está de por medio y no la pondrán en peligro, es la autoridad la que debe actuar de oficio y no esperar denuncias, delitos bajo la jurisdicción federal.
Silvano Aureoles también dijo que: “La cruzada por la verdad y la defensa de la democracia no parará”. “Seguiré hasta donde tope, sin temor para defender a Michoacán del narcogobierno; por eso las llevaré a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y ante la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet”. “Los acusé de delincuentes, no de tarugos”. Sabe el gobernador que López Obrador vive en contubernio con el enemigo de México.
El gobernador Aureoles aseguró que tras hacer públicas sus denuncias, el gobierno federal podría realizar una embestida en su contra, sin embargo, aseguró no tener miedo ¿Será? También dijo que en lo que resta de su mandado, poco menos de 100 días, realizará una cruzada por todo el Estado de Michoacán y algunos lugares del país, con el propósito de alertar a la ciudadanía sobre un posible narcoestado con la llegada de Morena. Hechos de todos conocidos. Veremos en qué consistirá la campaña de Silvano Aureoles.
El filibustero de Mario Delgado, dirigente de Morena, que no líder, dado que parte de la militancia morenista lo repudia por tramposo y sucio, no taró en dar respuesta al gobernador de Michoacán, “amenazándolo” con ir a parar a la cárcel una vez que deje el cargo. Pero, pregunto ¿Por qué no hace la denuncia de hechos imputables a Silvano Aureoles? ¿Por qué esperarse a que deje el cargo? El gobernador electo de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, entonces candidato emergente, se sumó al concierto del desconcierto, amenazando a Silvano Aureoles, adelantando que podría huir del país. Asegurando que su campaña fue “limpia”. De tonto reconoce el apoyo de los narcopolíticos de su partido. Turbio panorama, como nunca antes.
Ante la “amenaza” del filibustero de Mario Delgado, en la dúplica Silvano Aureoles, contratacó, le recordó al dirigente morenista los mil 200 millones de pesos que se robó cuando fue el encargado de la tesorería, bajo las ordenes de Marcelo Ebrard Casaubón, incluso le recordó que ese dinero fue a parar a bancos europeos; recursos que desviaron de la famosa Línea Dorada del Metro. Vaya que se llevan fuerte. En ese entonces los belicosos formaban el bloque perredista, ala de la izquierda que pulverizó en su beneficio el hoy presidente de la República. Lo cual significa que entre ellos se conocen muy bien. Saben de sus raterías y trampas. Hasta aquí la “disputa verbal”.
Conclusión. Lo cierto que Morena y el presidente de la República, dejan huellas claras de su contubernio con la delincuencia organizada ¡Las pruebas lo comprueban! Aunque lo nieguen. Veamos. Un dato incuestionable y poco creíble, fue el resultado electoral que obtuvo Alfonso Durazo, en el Estado de Sonora.
El “gobernador electo”, dio prueba clara de su ineptitud y tolerancia con la delincuencia ¡La delincuencia lo venció! Durazo dejó el país con un fuerte olor a sangre y pólvora cuando estuvo a cargo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. No brindó seguridad, mucho menos protegió a los mexicanos de la delincuencia, dejó una cauda de muertes. No cumplió con su compromiso de bajar el índice delictivo. Y, a pesar de su desastrosa administración resulta que triunfó electoralmente en donde fue derrotado por la delincuencia ¡Inexplicable resultado! ¿Coincidencia? ¿Será que en verdad Morena es un narcopartido?
Héctor Parra Rodríguez