Los nuevos partidos políticos.
Con el tiempo electoral corriendo y si la fuerte pandemia por la que atravesamos no tiene rebrotes o se alarga, nos encontramos a menos de […]
Por: Andrés González
Con el tiempo electoral corriendo y si la fuerte pandemia por la que atravesamos no tiene rebrotes o se alarga, nos encontramos a menos de doce meses de las elecciones del 2021 – serán el domingo seis de junio – pero también estamos a 83 días de que el Instituto Nacional Electoral, aprueba o desapruebe un importante paquete de institutos políticos que podrían tener participación nacional y por ende local en el citado proceso.
Y decimos que no haya ni alargamiento o rebrotes del coronavirus, porque este mal ya retrasó – y no se ha dado nueva fecha – el proceso electoral local para los estados de Coahuila y del estado de Hidalgo, que debieron de haberse realizado este domingo pasado y que, por decisión del INE se pospone, en una figura que no estaba ni siquiera considerada en el marco legal mexicano.
Pero el mal ahí sigue e hizo imposible la votación.
Pero es el propio INE la instancia que reinició actividades virtuales apenas la semana pasada, para comenzar a revisar los documentos y los hechos que presentaron siete organizaciones políticas para lograr su registro nacional y estar presentes en las elecciones del 21.
Hasta esta semana, “aún no hay nada para nadie” y dicho esto por el INE.
En realidad están ya en una pesada tarea de revisión de estos institutos políticos, en lo que se llama COMPULSA que consiste en que los enlistados presentados estén efectivamente personas de carne y hueso en las listas del INE; que estas listas no contengan nombres duplicados o que pudieran estar en otro u otros partidos políticos y entonces estos nombres se podrían invalidar y restarles cifras a sus afiliados o anular alguna o varias asambleas estatales – que debieron ser por lo menos 20 – o bien de las distritales que hayan tenido y no sumar las 200 que exige el INE.
Si no es nada fácil pasar esta última revisión, cuando las propias asambleas estatales o las distritales, fueron esfuerzos realmente titánicos para dar los números.
Y ¿Cuáles son estos institutos políticos que ahora mismo están en revisión?
Partido Encuentro Solidario; Partido Promotor por México; Partido Redes Sociales Progresistas; Partido Libertad y Responsabilidad Democrática o México Libre; Partido Fuerza Social por México; Fundación Alternativa y el Partido Súmate a Nosotros.
Estos son los institutos políticos que lograron pasar el primer filtro requerido por el INE pero que, a todos, les hace falta la última revisión para que este 31 de agosto o antes, sean declarados formal y legalmente, partidos políticos nacionales con registro.
Y… ¿De dónde vienen y por dónde irían estas nuevas fuerzas políticas? Las que pasen, digo.
El partido Encuentro Social es la transformación que tuvo el antiguo Partido Encuentro Social o PES y que en las elecciones del 18 perdiera su registro al no lograr el 3 % de la votación nominal. Se transforma y seguirá conservando sus mismas siglas –PES – para que no pierdan ni origen ni rumbo. El PES, usted lo recordará, hizo la suma con MORENA y llevó a AMLO a la presidencia de la república. Por eso sigue conservando sus diputados y senadores en el Congreso de la Unión. Son los aliados políticos de MORENA y son, por más señas, el grupo de evangélicos que le apostaron a la izquierda en este país, cuando de origen se etiquetaron como de centro derecha. Es la gente de Hugo Eric Flores Cervantes.
El otro instituto político que cumplió con sus asambleas estatales es el Partido Promotor por México, que en realidad es una evolución del Partido Nueva Alianza, del Prof. Jesús Castro Obregón, los maestros pues.
El Partido Redes Sociales Progresistas – también de origen magisterial – es el instituto que alentó Fernando González, un hábil y ducho político que, impulsado por la maestra Elba Esther Gordillo – es su yerno – movió a una buena parte del magisterio nacional para darle forma y fondo a este partido, RSP y que aquí en Querétaro tuvo su base de formación, en la operación de varios maestros, muchos de ellos antes priistas pero con fuerte activismo social, alentados por dos personajes y buenos políticos, como lo son el Lic. Ulises Gómez de la Rosa – ex priista, ex perredista – y por el C.P. Carlos Rentería, también de formación anterior priista.
Un cuarto instituto político, desprendimiento de Acción Nacional, es el Partido Libertad y Responsabilidad Democrática o “México Libre” alentado por el ex presidente Felipe Calderón y por su esposa, Margarita Zavala. Son en realidad la fuerza política que logró Margarita, cuando después de no ser postulada por el PAN – partido en el que militó toda su vida – decide irse por la vía independiente pero que, antes de las elecciones, se baja por “cuestiones personales” y tanto ella como su esposo, deciden la formación de este partido en vía de registro nacional.
De los otros tres institutos políticos que están en la imaginaria y listos para su registro nacional, estaremos abordándolos en nuestra próxima columna.
Por esta presencia de los nuevos partidos políticos – aún si quedasen cuatro o cinco – el voto ciudadano viene sumamente fraccionado, estrechándose los números entre el ganador y los restantes lugares.
Y habrá que tomar en cuenta no las alianzas políticas – que esta primera vez están imposibilitados por ley – sino las posibles candidaturas comunes y hasta las alianzas de facto, sin necesidad de ser reconocidas por los institutos electorales.
Nada pero absolutamente nada – con coronavirus o sin este – está escrito para las elecciones del 2021.
Continuará.