Los efectos demoledores del mensaje presidencial.
El informe – que no mensaje ni mucho menos programa emergente – del presidente Andrés Manuel López Obrador, más que tranquilizar al país, lo vino.
Querétaro Qro. 7 de abril de 2020
Por: Andrés García—–El informe – que no mensaje ni mucho menos programa emergente – del presidente Andrés Manuel López Obrador, más que tranquilizar al país, lo vino a alebrestar.
Y no solamente no se dio unidad – tan necesaria cuando la pandemia avanza – sino que vino a dinamitar voluntades, en agrupaciones de la sociedad civil, en partidos políticos y voces independientes, apolíticas y si quiere usted hasta fifís, que se separaron con toda claridad de la estrategia presidencial, si así se le puede llamar, que con el demencial anunció de aumentar el empleo a través de las faraónicas obras federales, cuando las cementeras nacionales están por parar, cuando a todos nos acecha el coronavirus.
Ahora mismo, lo más urgente es detener el coronavirus, ya después que se hagan las obras que tiene en proyecto.
Nada, absolutamente nada es más importante que detener el avance de esta pandemia. ¿Para que queremos trenes, refinerías y aeropuertos, si seguimos enfermándonos, con el riesgo eminente de morir y no podemos saber tan siquiera hasta dónde pare este mal?
Así y por ese informe, el país se llenó de voces.
En Querétaro surgieron muchas y muy variadas. Y no fueron precisamente las voces solo de la oposición o de los partidos, tampoco de los conservadores ni de los grupos que AMLO les llama “mis enemigos”, sino de la sociedad civil organizada.
Uno de los más serios y desesperados, fue el emitido por un grupo de empresarios, asociaciones y cámaras que congrega a más de 30 mil – en números conservadores – personas. Ahí están representados y reunidos por una causa común, que es la defensa legítima de sus intereses, los comerciantes reunidos en la Cámara de Comercio; la pujante y poderosa Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Canacintra; la Coparmex, la restaurantera en la CANIRAC; la CANADEVI, los constructores en la CMIC; los colegios de ingenieros. Y así hasta sumar quince. La generalidad de esos grupos, por estatutos son apolíticos, aunque entre ellos en lo personal le vayan lo mismo al rojo, al azul, al giro o al colorado.
No los une pues, ningún interés político.
Y tal vez entre ellos, estén hasta algunos morenistas, que no por eso le vayan a aplaudir todo al presidente. Lo que los ha unido son sus intereses, por los que valederamente – y están en todo su derecho – muestran esa cohesión, que en ese nivel y en ese número, pocas veces se ha visto en Querétaro.
Usted señor presidente, los logró unir.
Y es que el esperado anuncio de rescate, nunca se dio en ese mensaje.
“El Programa Emergente para el Bienestar y el Empleo” carece de una estrategia de activación económica, con acciones no solo insuficientes, sino lamentables y preocupantes antes las necesidades actuales del país”.
Y por ideas en este y otros sectores, no ha quedado.” Y lamentamos que no hayan sido tomadas en cuenta”, nos dicen.
Y ya encanijados – por no señalar la palabra que a esta sigue – apuntan que “esta no es la manera de asegurar la justicia social en nuestro país”.
Este grupo es fuerte, dinámico y sumamente trabajador. Ellos mismos nos dan los números. “El 74 por ciento de los empleos del país son generados por las pequeñas y medianas empresas (MiPymes) las cuales representan el 98 por ciento de las empresas mexicanas”.
Además – y ahí está el gravísimo error de AMLO, que desde luego no quiere admitirlo – “en la actualidad los empleos los crean las empresas, no el gobierno”. Con lo anunciado, no se salvaguarda de ninguna manera la economía del país, ni siquiera en donde vayan a hacer las mega obras federales.
Y cuando se trata de la defensa de sus intereses, suelen ser sumamente claros. “La estrategia presentada – el “informito” de lo que solo hizo el gobierno – nos deja a las puertas de una crisis económica que podría prolongarse durante los próximos meses”.
Y de plano se le avientan a la yugular del presidente cuando, indirectamente le llaman cobarde. “Se necesita creatividad, apertura, unidad, pero sobre todo, carácter y valor para evitar que los impactos del Covid-19 sean mayores”.
Y los firman todos, con el agregado que descubre su desesperación.” #Nos quedamos sin aire”.
Así, señor presidente, o más clarito.
Y otro clamor que justificadamente aquí en Querétaro también se levanta.
Es el que hacen las diputadas Martha Fabiola Larrondo, Laura Polo, Elsa Méndez, Lupita Cárdenas, Karina Careaga y Abigail Arredondo, integrantes todas de la Comisión de Salud de la 59 legislatura, que le hacen al gobernador Francisco Domínguez Servien un exhorto – otro – para que Gobierno del Estado apoye económicamente a médicos, doctor@s, enfremer@s, camiller@s y personal todo del sector salud que están en el frente de batalla contra este coronavirus, para que se les dote no solo de los enseres adecuados para cumplir su trabajo, sino con un apoyo económico durante los días que dure esta emergencia.
Y esto – creo que todos así lo vemos – es no solo de necesaria justicia, sino de elemental humanismo.
Pero en esto, también debemos ser claros. ¿Cómo se van a entregar estos apoyos y estos enseres de trabajo, si la federación no responde?
También ahí le hablan señor presidente.
Basta ya de actitudes mesiánicas y poses de apóstol de los pobres.
Todos y ante la enfermedad, somos iguales.