La fiesta del amor.

En el Jardín Principal de Jalpan de Serra, corazón de la Sierra Gorda y al pie de la majestuosa Misión…

Santiago de Querétaro Qro. 18 de diciembre de 2019

Por: Andrés Gonzales

En el Jardín Principal de Jalpan de Serra, corazón de la Sierra Gorda y al pie de la majestuosa Misión juniperiana – dedicada al Apóstol Santiago – hay fiesta.

Es la llegada de la Caravana de Migrantes – la XII – que a esta tierra llegaron anoche.

Es la fiesta del amor, del amor al ser querido, a su esposa, a sus hijos; es la fiesta del respeto filial, a su padre, a su madre; el cariño fraternal a sus hermanos.

Acá, las tardes – aún en diciembre – no son frías. Tampoco calurosas. Un “norte” apenas si las hace ligeramente frescas.

Cuando va cayendo el sol que se esconde en sus cercanas montañas, se deja sentir ya el bullicio. A esa hora – apenas pasadas las seis – van llegando las primeras camionetas.

Y es que ayer mismo, cuando la madrugada todavía está oscura, se comienzan a recibir los primeros reportes.

Nos lo comparte el diputado Hugo Cabrera Ruiz – que preside en la LIX legislatura la Comisión del Migrante – quién se aventuró hasta la frontera a recibirlos.

La fila – desde el paso – se hace enorme. Diferente pero igual a la de otros años. Diferente porque su número ha crecido a proporciones asombrosas – las unidades superan las mil cien -, e igual porque a todos los mueve el cariño por la “Patria Chica”, por la familia, la esposa, los hijos o el que guardan a sus padres. Y allá, por lejos que estén de su tierra, no los olvidan. Ellos son los buenos mexicanos.

Cuando faltaba un minuto para las seis de la mañana, el paso por la frontera se hace lento. Documentos… preguntas…respuestas.

“”Estamos en estos momentos – reportó Hugo en directo – estamos saliendo de Laredo, Texas y encaminándonos hacia el Puente Internacional, en los límites de Laredo con Nuevo Laredo. A esta hora va ya la caravana de los migrantes. Estamos saliendo, tal y como lo teníamos programado, a las 5 de la mañana con dos minutos y deseamos a todos los participantes, a los queretanos, a los migrantes de los estados vecinos, de Hidalgo, de Guanajuato, de San Luis Potosí y, por supuesto, el grueso de la caravana de nuestros migrantes queretanos, con quiénes hemos estado aquí muy pendientes en las últimas horas. Esperemos, Dios mediante, que lleguemos sin incidencias, sin problemas mayores. Ahora mismo, hay un gran ánimo por regresar a sus comunidades. Les mantendré informados cuando estemos llegando a los puntos donde haremos alguna escala. Nos veremos en la noche, allá en Jalpan de Serra, el corazón de nuestra muy querida Sierra Gorda queretana”.

Y en efecto, así pasó. Llegaron con bien y sin incidentes mayores. El siguiente reporte lo recibimos cuando estaban por llegar a Arroyo Seco. Algunas camionetas ahí se cortaron. Es la llegada a su tierra.

Pero acá, en Jalpan y en pleno jardín, cuando llegaron las primeras camionetas, el júbilo, la emoción y los afectos no se ocultaron, para dar lugar a cuadros de verdadero amor. Es conmovedor ver como el migrante corre, busca y se afana por abrazar a su esposa, por tener entre sus brazos a sus hijos. Algunos tenían al menos un año sin verlos. Otros, por la fuerza de la necesidad, se habían ido cuando estos estaban pequeños. Y míralos ahora cómo corrieron para abrazar a su padre.

Ahí, casi frente al banco y a un lado del atrio de la iglesia de Jalpan, las autoridades locales habían instalado una mampara con las letras de “Bienvenido Paisano. En la Sierra valoramos tu esfuerzo”. Las madres de muchos de ellos, sus esposas, portaban cartelones de vivos colores. “Bienvenidos a su tierra” y otros similares.

Con el reencuentro y cuando se abrazan, las palabras sobran y el llanto no se puede contener. ¿Cómo están? Se preguntan, para volverse a abrazarse.

Pronto, las calles que rodean al jardín se llenaron de camionetas, de carros. Y son la señal – su orgullo – de que les fue bien. Y ahí no están solo de Jalpan, están los familiares de los migrantes de San Pedro Escanela, de San José de los Amoles, de Landa de Matamoros, de Ahuacatlán, de Las Adjuntas, de El Mogote, de La Mesa, del Pilón, San Antonio o Los Guayabos.

Son los migrantes que regresan.

Hay fiesta en Jalpan, hay fiesta en el corazón.

Periódico Raíces