Informe Presidencial: ¡Los reaccionarios también son mexicanos!

El Informe me pareció serio y austero, puntual y optimista. Hasta aquí nada que objetar, puesto que en líneas generales…

Como Veo Doy

Carlos Ricalde

Estimado Lector, dicen que es fácil hacer comentarios a toro pasado y quien lo haya dicho creo que tiene razón, aunque con burel o sin él, uno no se salva de meter la pata, sobre todo cuando se quiere ser objetivo, imparcial y justo. Sueño guajiro, ya sé, pero espero al menos haberle arrancado una leve y compasiva sonrisa, como quizás se la arrancó el Informe Presidencial del 1⁰ de julio. Ver para creer.

Vamos a ver. El Informe me pareció serio y austero, puntual y optimista. Hasta aquí nada que objetar, puesto que en líneas generales mantuvo el formato de todos los informes que en mis pocos decenios de vida me ha tocado escuchar. Zanahoria por delante.

Es decir, ningún Presidente se va a dirigir a su pueblo, aunque penda una guillotina de su propio cuello o enfrente un pelotón de fusilamiento, arengando que vislumbra un negro panorama, que la economía está para llorar y que ni rezando se podrá evitar que se nos lleve … bueno, ya sabe Ud.

Caray, reconocer las fallas, por graves y evidentes que sean, ¡nunca!, ni cuando López Portillo, por ejemplo, rey del nepotismo, llorando juró defender el peso como un perro mientras banqueros y empresarios saqueaban a México (así lo dijo » … no nos volverán a saquear!) y por ello nacionalizó la banca. Se derrumbó el precio del petróleo, se esfumó la abundancia y él, con todo el dolor de su canino corazón, se fue a vivir a la Colina del Perro, ubicada en Bosques de las Lomas, eso sí, dejando un mensaje de esperanza al Pueblo de México. Ni hablar, las penas con pan son menos.

Va otro dramático ejemplo. Recuerda Ud. cuando a Salinas, el príncipe del autoritarismo, quien por cierto  reprivatizó la Banca a precios de ganga, ¿se le deshacía el país en 1994?. Ese año se rebeló el EZLN (ya en 1989 había muerto en un «accidente»  Manuel Clouthier), asesinaron a Luis Donaldo en campaña y a Ruiz Massieu, su cuñado, al frente del PRI y, de remate, en diciembre de ese año, con el cambio de Presidente, le reventó la economía en las manos a Zedillo con el «error de diciembre».

Considerando ambos ejemplos y muchos más que se podrían citar, se evidencia la regla de que los Informes a la Nación no dejan de ser optimistas. Estas son palabras de Salinas cuando nos estaba cargando el diablo:  «México no se ha acabado … Mexico es una gran nación… Nada se compara con la cercanía del pueblo …». Conmovedor e igual de apachurrado que otros presidentes, se refugió en una hermosa casa en Dublín. El super, supongo, lo hacía en Londres. ¿De qué viviría? ¿De su pensión?

Después de la joda, perdón, de la poda al presupuesto público de los mexicanos, no recuerdo que los medios de información más influyentes, descargaran su ira contra los malos resultados presidenciales como lo hacen ahora que, aun teniendo razón,  parece poca cosa comparado con los ejemplos citados. Antes, por el contrario, me parece que trataban de atenuar el golpe. Una de dos, o estaban involucrados en los hechos («maiceados» como ahora dicen) o cuidaban, ante lo irremediable, que los ánimos de la ciudadanía no se salieran de control. Solidarios, pues.

Que vimos inmediatamente después del Informe del 1⁰ de julio: un Presidente defendiendo su programa de gobierno y una oposición implacable calificandolo de mentiroso, autoritario e inepto, entre otros duros adjetivos, ahondando la división entre los ciudadanos que, sin duda, igual calienta el Ejecutivo. Lo que vi también, es un virulento ataque de quienes justifican su proceder porque lo hacen en defensa de la Democracia, cuando lo consecuente es que los que perdieron la elección sumen sus esfuerzos para consumar el programa de quienes la ganaron. Pero no, aquí el que pierde, arrebata. ¿Será propio de una párvula democracia?

Se aprecia también, tomando como pretexto el Informe, que arrecia el enfrentamiento directo y sin cuartel entre la autoridad legítimamente reconocida y la oposición, acción que nunca había ocurrido y que lo menos que se puede concluir, es que se vive una absoluta libertad de expresión ciudadana vía prensa (escrita y electrónica) y las denominadas «benditas» redes sociales, incluido, también lo nunca visto, a un Presidente fajándose cara a cara con sus adversarios. Genio y figura …

Independientemente de las razones que asisten a cada una de las partes, creo que este pleito no beneficia al gobierno, no soy el único que lo piensa, y sí le dificulta la ejecución de su programa, además de que por cuestión de tiempo es una batalla perdida de antemano. Este gobierno concluye su mandato en tres años y los medios seguirán por siempre. Punto a favor es que el Presidente, cuando concluya su gestión, modestamente, al contrario de los dos antes mencionados, solito se irá a «La Chingada», un ranchito en Tabasco que él así lo nombra. ¿Usted cree?

Se ha dicho y publicado desde diversas fuentes informales y por ello no confiables (pero dicen que cuando el río suena agua lleva), la fuerte suma de dinero que el gobierno gastaba en pagos por publicidad y gratificaciones a periodistas, pero, suponiendo que fuera cierto, que tanto dinero puede representar en proporción al presupuesto nacional, como para no seguir contratando publicidad, que ahora puede ser mejor direccionada, a fin de que la paz retorne y los caballos jalen para el mismo lado. Los medios pueden argumentar en contra o a favor del gobierno, lo mismo magnificando los problemas en la aplicación de vacunas que justificando resultados a pesar de situaciones adversas. Entre dos males, escoger el menor. ¿Sabiduría popular? Puede ser.

RENDIJAS

¿Quienes son los que más se oponen? Posiblemente los que más han perdido. Antes fueron solidarios, hoy, ¡sálvese el que pueda!

¡Los reaccionarios no merecen una Patria! Frase que algún día será célebre. No, no, es broma.

—  ¡Suertudo! Te vas de viaje y van a vacunarte un día antes, ¡en la raya primo!

— ¡Cómo! ¿Ya cambiaron? ¡La primera me la pusieron en el brazo!

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Periódico Raíces