En Peña Colorada…”ante amenazas de balas, unidad total”
El caso “Peña Colorada” – en extraña coincidencia y en las vísperas por el cambio de uso de suelo de un predio en el camino
Santiago de Querétaro Qro. 7 de febrero de 2020
Por: Andrés González. El caso “Peña Colorada” – en extraña coincidencia y en las vísperas por el cambio de uso de suelo de un predio en el camino a La Solana en las inmediaciones de este polígono – toma ahora niveles inaceptables.
“Una tarde, cuando llegué a mi Casa Ejidal, sobre el escritorio encontré un sobre. Noté que este pesaba. Cual sería mi sorpresa cuando, al abrirlo, me encontré que contenía cuatro balas de alto calibre. Cada una viene grabada con los nombres de mis dos hijos, el nombre de mi esposo y el mío”.
Pero además de las balas, venía un expreso mensaje escrito, que a la letra señalaba:
“Señora Rocío Vidal. Como sus asesores en seguridad, le recomendamos abstenerse de molestar a los avecindados del Ejido que usted representa. De igual forma deje de jugar a la política, ya que usted no está a la altura. Advertencia única: Cuide a su familia”.
El escrito – como usted lo imaginará – viene sin firma.
Ella, la señora Rocío Vidal García, es presidenta del Comisariado Ejidal de San Pablo, la que decidida, expone en conferencia de prensa, esta amenaza.
Ante este señalamiento, es que la señora Vidal ya abrió una denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Querétaro, radicada con el número NUC: CI/QRO/723/2020, con fecha de presentación del 8 de enero del año en curso, solamente un día después de haber recibido esta amenaza.
La conferencia se realiza en uno de los restaurantes de Plaza de Armas, ante una veintena de periodistas.
Con ella, estaba además de Carlos Moreno, asesor de la Central Campesina Cardenista para este caso, acompañada con un grupo de unos 15 ejidatarios. Sus caras eran de enojo real, no fingido…y más que eso. La palabra exacta para describir su molestia, es la que sigue a la palabra enojo.
Vidal García muestra las fotos de las cuatro balas, las cuales se quedaron en la Fiscalía como parte del expediente que ya se investiga.
“El escrito tiene que ver, con toda seguridad, con la lucha que he emprendido, junto con todos mis compañeros, por la defensa de nuestra tierra, de Peña Colorada. Aquí dice que “yo no estoy a la altura”. En ese aspecto, yo nunca he dicho que soy una política, cómo tampoco estoy jugando a la política. Yo solamente soy una humilde representante de mi ejido, porque tampoco soy una líder…aquí nadie es líder, aquí todos somos representantes de nuestros ejidos”.
Dice no tener miedo, pero acepta que “si sería pertinente que a todos se nos diera alguno tipo de protección”.
Los 15 ejidatarios ahí presentes, sacaron de entre sus ropas sus títulos de propiedad.
“Esto – había dicho doña Rocío – esto es solo el comienzo. Ya no más amenazas ni intimidaciones. Nosotros pelearemos en forma pacífica y por el camino de la ley, por nuestras tierras. No regalaremos ni un solo centímetro de nuestras tierras, herencia de nuestros padres.”
El polígono de Peña Colorada está compuesto por un poco más de 4 mil 500 hectáreas, las mismas que se pretenden afectar por instancias federales y del estado, para crear un área natural protegida, en la que ellos nada tengan que ver.
¿Pero porque? Pregunta el señor Tomás Molina. “Queremos saber porque el gobernador no nos recibe” dice el ejidatario Héctor Salazar, ahí presente. “No solo no nos recibe, sino ni siquiera se nos ha informado la razón de porque no quiere hablar con nosotros” dice, mostrando la solicitud de audiencia levantada desde el pasado mes de noviembre. “No se vale que el gobernador quiera jugar así con nosotros” remata.
Las afectaciones de las que ellos tienen conocimiento para convertir a Peña Colorada en área natural protegida, son: Ejido de Jurica, 240 hectáreas; Ejido de Tierra Blanca, una hectárea; Ejido de San José Buenavista, 150; El Salitre, 214; Ejido de Santa Rosa, 1,222 hectáreas; San Pedrito El Alto, 162; San Vicente, 693; San Pablo, 12 y para el Ejido de Chichimequillas, 1 mil 613 hectáreas.
“Vamos en unidad, por la justicia y la equidad, a luchar por nuestras tierras. Ya no estamos dispuestos a sufrir más abusos…ya no estamos dispuestos a que nos ignoren. Si piensan que el quitarnos nuestras tierras será cosa fácil, hoy les decimos que estamos de pie, unidos, para defenderlas”.
Estos quince son solo parte de los mil 500 ejidatarios pertenecientes a la “Unión de Ejidos Zapata Vive” y defendidos por la Central Campesina Cardenista.
Al final y en coro, se despidieron con este grito:
“Ejidos, unidos, jamás serán vencidos…ejidos, unidos, jamás serán vencidos”.
“Esto – así lo dijeron – es apenas el comienzo”.