EL DAÑO PATRIMONIAL DEL “GRAFITI”

Tratar de adivinar el motivo de este fenómeno, resulta muy complejo y hasta inexplicable, porque sale sobrando buscar una explicación lógica, al ser propiciado por muchos factores que lo han convertido en una “patología social”.

El mal llamado “Grafiti” se inició como una forma de expresión y se le conocía como “las pintas”, casi siempre utilizadas para manifestarse en contra de la autoridad: recordemos los movimientos: el ferrocarrilero “Vallejo Libertad” y el estudiantil del 68 “Vacune a su Granadero”, en los que; utilizando “pintura y brocha” la mayoría de las veces por las

noches, se dejaban letreros alusivos y esto se tenía que hacer lo más rápido, que permitía realizarlos con la brocha, para no ser sorprendidos por la autoridad. Pero estas pintas eran muy esporádicas y aparecían únicamente “cuando eran necesarias y justificadas” según lo que decían quienes las realizaban.

Con la evolución tecnológica, aparecieron los “espray aerosoles”, que con el propósito de facilitar el uso domestico o industrial, ponían a disposición la pintura rápida y económica, cubriendo un muy escaso mercado, el que con el tiempo se trasformó en un método ideal para dañar el patrimonio común y el de los particulares, por su rapidez para cubrir de pintura grandes espacios, o para dibujar inexplicables “garabatos”, que ya se ven por doquier, utilizando todo tipo de superficies pintables, incluso; en un mayor grado de patología, se encuentra el grafiti en cuevas y hasta en perros.

La accesibilidad y el bajo costo de los espray aerosoles, aunado a su venta indiscriminada, a un mercado que se ha desvirtuado de los originales propósitos para uso domestico e industrial, a compradores que los solicitan para manifestaciones artísticas “controladas”, que significa un muy bajo porcentaje y el resto casi el noventa por ciento, para jóvenes inadaptados que un proceso imitativo y en aumento, gozan “inmortalizándose” sobre lo que esté a su alcance; monumentos, edificios, vehículos, y cuando lo inaccesible es alcanzado; lo toman como un gran logro, digno de ser “admirado por la humanidad”.

¿Cuántas veces ha comprado usted un aerosol, para utilizarlo en su casa? y todos sabemos la facilidad y la no existencia de restricciones para hacerlo. El control de este tipo de material tan nocivo al medio ambiente, dificultaría que las pintas rápidas, burlando a la autoridad, se siguieran haciendo, ¡Claro! Las pintas se seguirán haciendo; pero con mayor grado de dificultad y estas no se acabaran, porque es un problema de educación; de cultura y de las que no se escapan ni las escuelas.

El grafiti en Querétaro, es un problema muy notorio y en aumento, y que daña, no solo al patrimonio del estado y sus habitantes en el ámbito económico, sino también; en la imagen que se da ante todo aquel que visita nuestro estado, ya sea por negocios o por placer; así como de los que llegan buscando una mejor calidad de vida y se enfrentan a calles y avenidas tapizadas de pintas sin sentido, más allá del quien lo realiza y que en su gran mayoría es el del simple daño a la propiedad, ya que ni siquiera conocen el significado de las palabras y en otros casos, esto es usado por pandillas y delincuentes para delimitar sus territorios, poniendo en sus pintas mensajes cifrados que ocultan un peligro, más allá de la molestia visual que ocasiona una ciudad, o un municipio forrado por estas pintas, mal conocidas como “grafitis”.

La percepción de seguridad de los ciudadanos, al ver las pintas, resulta muy negativa, causando una penosa impresión que nos afecta a todos. Por mi cercanía con personas con experiencia en la materia, y que ya han puesto a prueba, con magníficos resultados, programas integrales, que no se centran únicamente en la persecución, sino, que le dan prioridad a la prevención y a labores de “inteligencia”. Esto ya fue probado en algunos municipios del estado de Guanajuato, y aquí, en Tequisquiapan, en donde se obtuvieron

magníficos resultados, pero; que lamentablemente, la discontinuidad por el cambio de funcionarios, interrumpió su aplicación.

Recordemos que la mayoría de los grafitis son “firmas”, ¡Hagamos algo! Es un compromiso de todos.

Periódico Raíces