DON EZEQUIEL MONTES LEDESMA; EMBAJADOR EN EL VATICANO.

Cuando un personaje se destaca por sus méritos, sus orígenes son reclamados por quienes se suponen tener el derecho a compartir parte de las glorias ganadas por el que se distinguió y fue merecedor del reconocimiento de los más altos círculos políticos; como es el caso del gran patriota liberal queretano Don Ezequiel Montes Ledesma.

Para gloria de nuestro estado, Don Ezequiel Montes ocupa un lugar de primer orden, dentro de los grandes hombres a los que nuestra nación les guarda gratitud y respeto, por los servicios prestados a la Patria, y en este caso, como un destacado político que inició su carrera en la cámara de diputados local, como representante del distrito de Cadereyta y de Tolimán, al que convirtió en municipio, y, de manera brillante se desempeñó como diputado federal por Querétaro, cargo que ocupó en otros estados, para transformarse en un distinguido Parlamentario y reconocido Diplomático, ocupando el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Justicia.

También, en un tiempo, padeció el destierro a Francia, por manifestar abierta y apasionadamente su espíritu liberal, en un franco antagonismo con el clero reaccionario, al contestarles Don Ezequiel Montes al obispo de Puebla y al propio arzobispo de México, que sostenían sus posturas antagónicas a los cambios que promovía el Presidente Don Benito Juárez. Ambos discursos fueron leídos en el Congreso Constituyente de 1857 motivando a los diputados para los trascendentes cambios de la Reforma. No obstante su firme postura ante el clero, se desempeñó como representante de México ante La Santa Sede con el cargo de Embajador.

Honrado y pulcro jurisconsulto, siempre defendió el pensamiento liberal de don Benito Juárez y se aplicó en el cumplimiento de las Leyes de Reforma, mostrando en incontables ocasiones su origen queretano, del que se sentía muy orgulloso, y ante el desconocimiento del lugar de su nacimiento, el que se encontraba en disputa entre las poblaciones de Vizarrón Cadereyta, es el propio Don Ezequiel Montes, quien a través de una carta “de su puño y letra” dirigida a Don Apolinar González vecino y miembro del ayuntamiento, en la que le precisa su origen en dos párrafos que dicen así: (documento que tenemos ante nosotros y que nos proporcionó el Sr Rosalino Zamorano)

“Los hombres no escogen el lugar de su nacimiento ni a sus padres; por respeto a la verdad y no por otra causa, tengo que decir a usted, que mis padres estaban avecindados en el pueblo de Bernal en el año de 1820; y que habiendo sido invitados para asistir al matrimonio de Don Rafael Ledesma, hermano de mi madre y de Doña Rafaela Nieto, que se celebró en la Villa de Cadereyta, en fines de noviembre del año citado, por eso vinieron en efecto a esta población y ahí nací el día 23 de Noviembre del mismo año de 1820; está usted en un error al creer que el lugar de mi nacimiento es el pueblo de Vizarrón. Esta circunstancia no disminuye en nada el afecto sincero que profeso a esa población, porque en ella pasé mi infancia; y porque allí están sepultados los huesos de Doña María Josefa Nieto, mi abuela materna á quien siempre respeté como mi segunda madre”.

“Hecha esta rectificación, me será grato saber que ha sido de alguna utilidad al ayuntamiento y a usted; la otra que pondrá en sus manos mi amigo el Señor Don José

Ma. Reyes, que recomiendo muy especialmente a la benevolencia del cuerpo municipal y de todo el vecindario de Vizarrón”.

Deseando que tenga buena salud, me suscribo

S.S.S. E. Montes.

Como hasta nuestros días existe confusión con respecto al lugar, día y fecha del natalicio de tan distinguido diplomático, hacemos del dominio público, el contenido de este valioso documento; escrito de propia mano de Don Ezequiel Montes.

“Saludos a Mariano Palacios; y muchos éxitos”.

Periódico Raíces