¡avanza la dictadura; AMLO captura la corte!

Los estilos vengativos del presidente mexicano: que detrás de la persecución de Medina Mora no hay más que las ambiciones dictatoriales del sátrapa López Obrador.

Por Ricardo Alemán 

López Obrador mandó a prisión a Rosario Robles mediante una “chicana” legal; la FGR inventó una licencia de manejo falsa, mientras un juez a modo se hizo de la vista gorda. 

A gobernadores, líderes de partidos y directores de organismos públicos el presidente Obrador los ha difamado, calumniado y hasta intrigado, hasta obligarlos a recular. 

A no pocos periodistas les ha mandado campañas de linchamiento, calumnias y difamación, para luego negociar su cabeza con los dueños de medios. 

Pero además –y por si ya lo olvidaron-, resulta que a lo largo de su carrera política, López Obrador traicionó a todos sus aliados, allegados y comparsas. 

Y no decimos “amigos” porque López Obrador es como el dinero; no tiene amigos sino intereses. Y, una vez que uno de sus cercanos deja de ser útil, lo tira al basurero. 

Incluso Obrador presume de no tener amigos, sino ambiciones; tampoco compadres y menos allegados, sino aliados. 

Por eso, no es ninguna novedad la especie de que el ahora presidente mexicano escaló los peldaños del poder sobre el cadáver de todos aquellos que alguna vez le sirvieron. 

Pero también es cierto que Obrador tiene memoria de elefante; nunca olvida y siempre cobró venganza de quienes eran o le parecían un peligro, real o imaginario. 

Por eso, no debe sorprender a nadie que Eduardo Medina Mora haya pedido licencia como Ministro de la Corte, luego de una grosera campaña periodística de calumnia y difamación en su contra. 

Y si ya lo olvidaron vale recordar que una supuesta primicia periodística hizo parecer a Medina Mora como un pillo de siete suelas. 

Le inventaron que tenía una cuenta en el Reino Unido por casi cien millones de pesos, todo supuestamente atesorados en su breve paso como Ministro de la Corte. 

De nada sirvió que Medina Mora formulara un largo alegato en su defensa –mismo que se reproduce al final de este texto–, pues el medio que publicó el reportaje se negó a presentar las pruebas. 

Lo cierto es que detrás de la persecución de Medina Mora no hay más que la percepción presidencial de que era y sigue siendo un estorbo para las ambiciones dictatoriales del sátrapa López Obrador. 

¿Y por qué era un estorbo? 

Porque Medina Mora llegó a ocupar un lugar en la Corte a propuesta del entonces presidente Peña Nieto. 

En realidad Medina Mora era un factor clave para mantener el equilibrio y la independencia de la Corte y para sostener a otros ministros cuyos “padrinos” hoy tienen poca o nula influencia. 

Por eso el lugar de Medina Mora era clave para impedir que el presidente López Obrador colonizara el tercero de los Poderes de la Unión. 

Y es que, como saben, el presidente es jefe del Ejecutivo; como está claro López Obrador ya colonizó el Poder Legislativo y, por si hiciera falta, hoy ya es dueño del Poder Judicial. 

¿Saben cuando perderá el gobierno de López Obrador una Controversia Constitucional? 

¿Saben cuando La Corte rechazará la construcción del aeropuerto de Santa Lucía? ¿Saben cuando La Corte declarará incapaz para gobernar a López Obrador? 

Si, hoy está claro que le presidente Obrador tiene en un puño los Tres Poderes de la Unión. 

Lo que sigue es la coronación de Andrés XIV, el “Rey Sol” de Macuspana. 

¿Y la democracia? ¿Y la división de poderes? 

¡Eso a quien le importa si México ya es una dictadura! 

Se los dije, la dictadura avanza. 

Periódico Raíces