El IMSS ‘La Pradera’, en la inoperancia total
La responsable de todo esto –y en seguida lo desglosamos– es la doctora Juana Angélica García Bonilla, en su calidad de directora; ineficiente por cierto.
Santiago de Querétaro Qro. 20 de marzo de 2020
Por Andrés González: Con las más flamantes instalaciones que en materia de salud pública federal se tengan – hasta ahora – en el estado, el Hospital General Regional Número 2 del Instituto Mexicano del Seguro Social, el IMSS que de por sí ‘mala fama’ tiene, ubicado en la zona de La Pradera, circuito Universidades II, está a punto de colapsar y no precisamente por la pandemia del coronavirus, sino por la falta de la elemental atención a los pacientes, pero también por el mal uso o mejor dicho, ‘no uso’, de las redes de alcantarillado con que cuenta y del sistema de tratamiento de aguas residuales que lo mantienen fuera de operación.
La responsable de todo esto –y en seguida lo desglosamos– es la doctora Juana Angélica García Bonilla, en su calidad de directora; ineficiente por cierto.
Y la queja ya escaló del estado los más altos niveles. Allá, en el federal –como en todo lo relacionado con Salud– seguramente ni caso le hacen.
Se trata del colapsado sistema de drenaje de esas flamantes instalaciones, situación que por cierto ya tiene en su escritorio la directora, con fecha de recibido desde el pasado 5 de febrero.
La queja inicial le llega por varias instancias pero quiénes resienten los dañinos efectos, son los habitantes de la comunidad de El Pozo.
Tienen también tomadas cartas en este delicado asunto, la Secretaria de Salud en el Estado, hackeada ayer, pero también la Conagua. Y es precisamente por lo delicado del tema.
Y es que no son cualquier tipo de desechos. Sucede que este nosocomio está descargando todos los desechos tóxicos que genera al drenaje pluvial y que corre a cielo abierto por las cercanías del hospital.
Y decir todos los desechos tóxicos entiéndase los desechos quirúrgicos, los pesados -y muy pesados- que se generan en los laboratorios, pero también y hasta, los sanitarios.
Y como ya comenzó (y muy fuerte) la temporada de estío y de calores, esto se ha convertido en un caldo de contagio para todas las comunidades que se encuentran aguas abajo de este hospital.
El Hospital del IMSS está ubicado en la nueva zona vial de la Avenida Circuito Universidades II, que está en pleno crecimiento poblacional. Y nadie de los habitantes de los nuevos y numerosos asentamientos, es inmune al contagio de estos desechos tóxicos. Les aclaro, López Obrador no vive en esa zona. Por lo de la inmunidad total que tiene el señor presidente.
Cuando representantes de las instancias citadas presentaron su reclamo en este dizque hospital, la respuesta –seguramente de personas que ocupan cargos administrativos secundarios– fue un insultante «no hay dinero en la 4T, para atender esta necesidad».
Pero lo más lamentable es que esa frase, ya se ha convertido en estribillo y respuesta en todos los espacios de servicio y de atención al derechohabiente.
Y mire usted, este hospital si cuenta con Sistema de Tratamiento de Aguas Residuales pero…¿Qué cree? ¡Que no sirve! O bien –y dicho por ellos– «no está en operación», que para el caso es lo mismo.
Y como no hay dinero para eso…
Pero hay más quejas para este ‘hospital’ (váyalas apuntando directora).
Y esto es reciente, muy reciente. Sucede que en estos días, hizo presencia en este nosocomio un derechohabiente, paciente de un órgano trasplantado, a solicitar medicamentos para su mal, como son los inmunosupresores y le contestan –con la mano en la cintura– que «no hay dinero para su compra».
Y todavía tienen la poquísima sensibilidad de darle una cita –y hay constancia de ello- ¡para el 4 de mayo de este 2020!, cuando por el tiempo tan alargado, el paciente está expuesto a un rechazo de órganos.
¿De qué sirven –pregunto– las flamantes instalaciones, a las que se le instalan conexiones a la red de drenaje y que estas cuenten con el Sistema de Tratamiento de Agua Residuales si no funcionan?
Pero seamos claros, ¡si no funciona, por principio de cuentas la directora! Es claro que ese ese lugar nada va a funcionar.
Lo que está en juego no solo es la salud de muchos pacientes a los que les dan la misma respuesta: «no hay medicina… no hay dinero», sino también la de las miles de personas que viven en la zona en donde descargan sus desechos tóxicos, que van esparciendo su hálito de la muerte hasta desembocar en el Río Querétaro.