La opacidad de la LX legislatura
Y esta viene en relación al reemplacamiento de todos los vehículos que circulan en el estado de Querétaro, en un movimiento que iniciará en el ya cercano 2022 y cuyo número total –autos, camionetas, camiones, autobuses, motos – se acerca al millón de unidades.
Existe un viejo dicho que si bien se aplica a las cuestiones familiares, sociales, cabe perfectamente en cuestiones de la política: “No hagas cosas buenas que parezcan malas”.
Y esta viene en relación al reemplacamiento de todos los vehículos que circulan en el estado de Querétaro, en un movimiento que iniciará en el ya cercano 2022 y cuyo número total –autos, camionetas, camiones, autobuses, motos – se acerca al millón de unidades.
Y se hace por la muy sencilla razón de que si Querétaro es una de las entidades con mayor crecimiento vehicular, muchos de estos siguen circulando con las placas de los estados de origen de donde vienen sus dueños.
Circulan aquí con una gran cantidad de servicios puestos – en vías de comunicación principalmente, uso y desgaste – pero pagan sus derechos vehiculares en sus estados. No contribuyen pues con sus impuestos vehiculares para la entidad donde radican.
Y el resto – todos nosotros – sí.
Y eso no se vale. Piso parejo y en el más amplio sentido, hasta en esto.
Para esta aplicación se tuvo que aprobar el pasado 10 de diciembre la Ley de Ingresos. Y lo hacen los diputados de la LX Legislatura. Esa es su competencia, esa su responsabilidad.
Pero ahí las cuestiones de los dineros – que no son de ellos – se mueven en lo oscurito.
Y aquí las fechas descubren como se las gastan en esta LX legislatura.
Si el 10 de diciembre fue aprobada la Ley de Ingresos, sucede que para el 14 de este mes – cuando le hice una pregunta al diputado Juan Guevara sobre si habría nuevo reemplacamiento vehicular – contestó que no estaba enterado. “Desconozco el tema” dijo.
Y ya había sido aprobada la Ley de Ingresos.
Y en esto se descubren varias irregularidades. Y es una de dos. O los diputados todos aprobaron sin saber detalles – y este es un detallote – sobre los ingresos que el estado va a recibir, convertidos en ley, o bien le dieron un voto de confianza a los diputados del partido mayoritario que sí conocieron a tiempo todo el texto.
Esto – los del texto íntegro y desconocido del presupuesto – ya lo había denunciado el diputado Paul Ospital en una conferencia sobre este y dijo desconocer detalles del mismo.
Y ya para esas fechas ahí en esa legislatura, se tenía la propuesta.
Esta era conocida íntegramente por el diputado Luis Gerardo Ángeles Herrera, presidente de la comisión de planeación y presupuesto de esa legislatura y cuando mucho, los diputados que la integran.
Este asunto de la licitación para la adquisición de placas metálicas y tarjeta de circulación, se publicó en La Sombra de Arteaga desde el 30 de noviembre, fecha en que se conoció el “pago de bases”.
Sin embargo, el fallo de la licitación se hace justo el 9 de diciembre, un día antes de que fuera aprobada la Ley de Ingresos, cuando a todas luces debería haber sido después.
¿Cómo es entonces, que licitan una adquisición – las placas y tarjetas de circulación – cuando aún no aprueban la Ley de Ingresos ni el Presupuesto de Egresos?
Y no es que el diputado citado, Luis Gerardo Ángeles Herrera, desconozca el procedimiento en cuanto a tiempos – está repitiendo cargo – sino es que, acaso, ¿Así se lo ordenaron?
Pero además, esto trasciende cuando otro diputado – Enrique Correa, del clan azul y presidente de la comisión de movilidad – da a conocer el alcance de esta decisión y sus alcances, en la que no se cumplió el protocolo del fallo de licitación.
¿Aprobar esta cuando aún no se aprueba la Ley de Ingresos?
Esto desde luego – creo – no anula lo aprobado, pero si refleja un alto grado de “chicharronerismo” por la mayoría legislativa, que es del PAN, en esa LX Legislatura, además de una total falta de respeto a los demás partidos de oposición.
Andrés González