Decretitis en el gobierno.
Al Presidente le encantan los decretos, ya sea verbales con los cuales construye la narrativa de su gobierno para mantener a flote su popularidad.
Queretaro, QRO 04 julio del 2020.
Al Presidente le encantan los decretos, ya sea verbales con los cuales construye la narrativa de su gobierno para mantener a flote su popularidad y maniobrar así con su electorado o escritos, con los cuales pretende ejercer gobernabilidad, y al no tener la autonomía que él quisiera para imponer su visión de Estado, manda publicar circulares en el Diario Oficial para darle la vuelta al Congreso, a una ley o a la misma Constitución, aunque después sea la misma Corte la que le enmiende la plana por no ser figuras jurídicas robustas al objetivo planteado y sólo estar sustentadas en falacias.
Ahora fue agosto, le gustó para ser el mes de la recuperación económica, un decreto más que no tiene fundamento alguno y del cual no existe ningún instrumento de medición que respalde tal afirmación, como lo son el Producto Interno Bruto, la Inflación, las Tasas de Interés, el Índice de Precios y Cotizaciones, la Tasa de Desempleo, etc, bueno ni su indicador que es la “felicidad” se ve reflejada en las calles, por el contrario la caída económica se ha profundizado y amenaza con dejar una marca permanente.
De tan solo un indicador como el PIB los principales organismos prevén una contracción, el Fondo Monetario, los bancos internacionales, el Banco de México y la misma Secretaría de Hacienda, especulan en porcentajes que van del 3.9% al 11%, tan solo este mes la caída fue del 18.9% que representa 324 mil millones de pesos; esta es la realidad más allá de los deseos o la retórica perversa de quien gobierna, y ni que decir de los demás indicadores.
Diagnosticarlo ha sido simple, al haber pocas pruebas a la población, para rastrear enfermos de Covid, la actividad económica de México se mantiene afectada por un consumo restringido que será más evidente cada día, y no es posible suponer un repunte del consumo porque los hogares de bajos ingresos se mantienen cautelosos por la incertidumbre que genera la destrucción de empleos asociada a la caída de la actividad económica, mientras no mejoren las condiciones de salud la economía seguirá en picada.
La solución es complicada, es necesario estimular la inversión para una recuperación económica, sin embargo, estamos experimentando la peor caída de inversión de la historia, la cual va en un desplome del 37% y es la más pronunciada del mundo, producto de la desconfianza que existe al gobierno de la 4T. Esta circunstancia impacta de manera directa en el fomento al empleo formal y no es posible aumentar esas inversiones porque el espacio fiscal para realizarlas es muy estrecho, por causa del deterioro de los balances fiscales y el aumento de la deuda, que, aunque AMLO dice no contratar esta es una realidad.
Los discursos siguen haciendo mucho daño, lo mismo hizo al decretar el fin la pandemia, o cuando dijo que la crisis económica tocó fondo, puras declaraciones sin datos duros y sin instituciones que las avalen, por el contrario, todo mundo hace pronósticos reservados o catastróficos; la realidad siempre superará la ficción.