Tras la verdad: caos y mentiras en el gobierno de López Obrador.

Querétaro Qro. 17 de julio de 2020

Terminó la gira del Presidente de la República, por tres de los Estados más violentos, Guanajuato, Jalisco y Colima, atrapados por la delincuencia organizada desde hace años. Los tres gobernados por la oposición. Aquella oposición política que detesta López Obrador y no baja de corrupta. López ha cosechado confrontaciones por la manera de gobernar; los titulares del Poder Ejecutivo local, han dado respuesta a las ofensas lanzadas por el Presidente de la República, tamizan sus discursos al decir que hay respeto, pero no sumisión al poder federal.

En franca campaña política-electoral, Andrés Manuel, fue a ofrecer el respaldo de su gobierno, a decirles a los gobernadores que no están solos frente a la lucha en contra de la delincuencia. Una más de tantas mentiras dentro del caos en el ámbito de la seguridad pública que ha generado su gobierno. Lo cierto que ninguno de los gobiernos puede con la delincuencia organizada. Menos ahora que el gobierno de la 4T, se declara humanista y protege los derechos humanos de los delincuentes; estos podrán secuestrar, asesinar, robar, pero la autoridad no puede violar sus derechos humanos durante la persecución del delincuente. Se burlan.

López fue a ofrecer la ayuda del gobierno federal en el combate a la delincuencia ¿Cuál ayuda? ¿Cómo los va ayudar si no lo ha hecho durante los 20 meses de gobierno lopista? ¿No estarán solos? ¿Más solos pueden estar? Simplemente fue a mentir, a decirles que no estarán solos, sin estrategia alguna. La delincuencia ha crecido a lo largo y ancho de la República. Impuso la política de abrazos y no balazos con los delincuentes; estos, por supuesto se “murieron de carcajadas” y la incidencia de delitos creció, llegando a los 53 mil 628 asesinados; cifra que duplicó al mismo periodo de Felipe Calderón, alcanzando un 55% más que en tiempos de Peña Nieto; de la fecha en que recibió el gobierno, entonces se computaba el 36.95% de homicidios por cada 100 mil habitantes, en 18 meses ha subido al 42.5%.

Los elementos de las fuerzas armadas, ninguneados por el mismo pueblo cuanto actúan como autoridad, también han sufrido bajas a manos de la delincuencia; los criminales han asesinado a 545 policías. Los delincuentes actúan sin restricciones. Bajo las órdenes de López Obrador, las autoridades de la 4T, van por el dinero, no por los delincuentes, lo han confesado; las drogas transitan libremente; Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad Pública federal, argumentó con singular y esquizofrénico orgullo que “El Marro”, ya no tenía para pagar la nómina y su casa no tenía alberca. Así de inútiles son, mientras la sociedad atemorizad por la delincuencia y la pandemia.

Es tal el desorden en el desgobierno de Andrés Manuel, que en cumplimiento a un Decreto inconstitucional –del 23 de abril pasado-  referrido a medidas de austeridad, Thalía Concepción Lagunas Aragón, Oficial Mayor, ordenó ejecutar “los descuentos” disfrazados de aportaciones voluntarias, a los salarios de la alta burocracia que van del 5 al 25%, aportaciones que podrán hacer en instituciones bancarias, habiendo asignado la clave número 067001718 y la cadena de la dependencia número 0028514APORTA1. La ayuda se aportará al ramo de “derechos, productos y aprovechamientos” que ingresarán  la Tesorería del gobierno. Falta la donación “voluntaria” del aguinaldo de los trabajadores de primero, segundo y tercer nivel del gobierno federal. Eso se denomina atraco y constituye sin lugar a dudas un delito que disfrazan de medida de austeridad. Los morenistas lo llamarían “moches”, si fuese la oposición; pero, como se trata de ellos, son ayudas al gobierno. El oficio lo respaldó el sub Secretario de Hacienda, Víctor M. Mojica Vilchis, quien se acoge al Decreto presidencial, por si acaso; el primero firmado el 15 de este mes y el segundo el pasado 10 del mismo mes. No dejan de ser delincuentes, por eso las bandas se escudan en los actos abusivos de las autoridades

El caos se agudiza. Dejan al personal sin materiales de trabajo, les quitaron la herramienta fundamental de hoy en día: la computadora ¡Ah! Pero si la necesitan, se les puede vender. Les prohíben gastar en servicios, como agua, luz, papelería y muchos más hasta alcanzar el 75% de recorte que ordenó el Presidente de la República. El gobierno de la 4T, esta vez no se puede comparar ni a los gobiernos de Echeverría o López Portillo, al menos aquellos usaban máquinas mecánicas; esta vez, ni eso pueden usar. El gobierno del caos que va dejando una estela de problemas a su paso, emulando a la delincuencia organizada.

Si de verdad hubiese “austeridad” López jamás debió regalar 90 millones de dólares a tres gobiernos de Centroamérica. Entre sus programas sociales y sus obras públicas inservibles, dejó las arcas del gobierno sin dinero, tiró más de 100 mil millones de pesos al cancelar la obra del aeropuerto de Texcoco ¡Por eso no le alcanza el dinero! Ahora sí es más claro y verdadero el peligro que representa Andrés Manuel López, solo falta que quiera congelar cuentas bancarias y apropiarse de todo ese dinero para satisfacer sus vanidades.

El caos se enseñorea, mientras el Presidente lo festeja. Eso sucede cuando un Presidente nunca ha trabajado, jamás ha produciendo algo en su vida, siempre viviendo de donaciones, un sujeto que a sus casi 70 años presume 200 pesos en su cartera. Por cierto ¿El gobierno dará recibos de las donaciones para que sean deducibles de impuestos? Seguramente no lo hará. Así que, el Presidente se inventó otro gravamen –inconstitucional- al salario de los burócratas federales para obtener más recursos públicos, jocosamente llamado “ayuda voluntaria”. Cada vez más preocupante y peligroso el gobierno de la 4T, da “chicotazos” para domar la bestia que ha creado.

Héctor Parra Rodríguez

Periódico Raíces